Si la Explanada no se limpia...
Era domingo. Jornada primaveral. El comercio estaba cerrado (como corresponde a esta fecha del calendario) y las terrazas, abiertas (en las últimas horas con reducción de aforo). Miles de alicantinos eligieron la fachada litoral para pasear, por la mañana y por la tarde. No había mucha más oferta de ocio dadas las restricciones. Y la Explanada, según avanzó el día, empezó a presentar una imagen impropia del paseo más emblemático de la ciudad, de la postal que todo gobierno municipal quiere vender para atraer a turistas. No era una, ni dos ni tres... Fácilmente fue una docena las papeleras (la mayoría de ellas localizadas en el tramo entre la Rambla y la Puerta del Mar) que estaban desbordadas, totalmente llenas de desperdicios y con desechos que se acumulaban en la parte superior y, también, en la inferior. Bolsas, vasos y basura de todo tipo. Esa escena repetida evidenciaba que la ciudadanía quería mantener limpia su ciudad, cumpliendo con su obligación cívica, pero en este caso resultaba harto complicado.