Argelia llama a consultas a su embajador por el cambio de posición de España sobre el Sáhara
Argelia ha decidido llamar a su embajador en Madrid para consultas con efecto "inmediato" tras las declaraciones de las máximas autoridades españolas y su "cambio repentino" de posición sobre el Sáhara, según ha informado este sábado el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino. El comunicado explica que el Ministerio de Exteriores argelino se ha visto "muy sorprendido" por el apoyo de España al proyecto de autonomía de Marruecos, por lo que ha decidido llamar su embajador en Madrid "para consultas con efecto inmediato".
Este país considera la decisión del Gobierno español la "segunda traición histórica" de Madrid al pueblo saharaui, según fuentes diplomáticas citadas por el portal de noticias argelino TSA y que recoge Europa Press. "Finalmente Marruecos ha obtenido lo que quería de España", han dicho estas fuentes diplomáticas. Se refiere como la segunda "traición" porque la primera sería el acuerdo firmado el 14 de noviembre de 1975 por el que España cedió la antigua colonia a Marruecos y Mauritania, sin tener en cuenta la voluntad de la población saharaui.
Este viernes el Gobierno no aclaró si había informado previamente de su decisión a Argelia, un país del que España depende energéticamente, pero con quien el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que hay una relación seria de “socio fiable”, más allá de la entente con Marruecos. “Esa asociación estratégica está llamada a perdurar en el tiempo”, se limitó a decir el ministro. El Ejecutivo negó que pueda haber represalias en el suministro del gas.
Un día después, este sábado, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha insistido en defender que el cambio de la postura de España permitirá tener una relación “buena” y “estable” con Marruecos, con el compromiso de “colaborar contra las mafias de trata de personas y contra la inmigración ilegal”.
Esta postura en la política exterior respecto a la excolonia española supone un profundo cambio en la posición histórica de nuestro país, que hasta ahora defendía “una solución política, justa, duradera y mutuamente acordada en el marco de Naciones Unidas”, pero también respecto a la recogida en el último programa electoral del PSOE. Además, abre a su vez un nuevo punto de disputa con sus socios de Unidas Podemos y amenaza con enturbiar la relación con Argelia en un momento crítico por la crisis energética.