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Cuando el 12 de julio de 1974 se otorgó a EIVASA la concesión de los terrenos para levantar una estación de esquí y unos 400 apartamentos, la carretera de 2,2 kilómetros por la que hoy se llega al aparcamiento, no era más que una pista forestal. Desde entonces, empresa y organismos públicos han estado peleando por quién debía mantener ese vial, limpiarlo de nieve o conservar el asfaltado en buenas condiciones.
EIVASA, para evitar que se tuviera que cerrar la estación en ciertos momentos de la temporada por culpa de la meteorología, asfaltó los 2,2 kilómetros de carretera. Un gran coste al que luego se debía sumar el mantenimiento e incluso el reasfaltado cada ciertos años. La empresa, que es la titular de las instalaciones de la estación de esquí de Astún, reclamó a la DGA que se convirti...'