Francia reaccionó con el orgullo propio de un campeón. Aunque ya no puede revalidar la Nations League, jugó sin agrietarse ante una difuminada Austria. Con muchas bajas, fue una buena oportunidad para que respondieran ante el reto jugadores como
Giroud, ovacionado por su gran actuación. El del Milan marcó el tanto de la tranquilidad después de que
Mbappé abriera el marcador en un partido en la que se lesionaron
Koundé y
Alaba y en la que
Dembélé fue suplente
(2-0).
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