El Banco de España apunta a una moderación de la inflación a medio plazo
La inflación es la principal preocupación del Banco de España en estos momentos. De ahí que ese haya sido el eje central de la intervención que ha tenido el gobernador del Banco de España en el congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, CEDE , que se ha celebrado este viernes en el Bilbao Exhibition Center de Baracaldo (Vizcaya). Pablo Hernández de Co s se ha mostrado convencido de que la actual espiral de inflación cederá «a medio plazo». Según ha asegurado en su intervención, el banco de España ya ha detectado indicadores que apunta a una « relajación » en la escalada de precios. Ha añadido que en la actualidad «entre el 75% y el 80%» de la subida de los precios se explica por el incremento de los precios de la energía y de los alimentos. Es el mismo porcentaje que se está trasladando a los precios «de segunda ronda» por la necesidad que tienen el resto de productores de absorber el incremento de los costes de producción. Sin embargo ha explicado que «los precios de varias materias primas esenciales, incluidos los de la energía, se sitúan actualmente por debajo del escenario central del BCE , lo que puede reflejar una demanda inferior a la esperada». Por todo ello el Banco de España cree que la inflación podría ceder a partir de ahora. Tanto es así, que las proyecciones de la institución pasan por una inflación del 5,5% en 2023 y del 2,3% en 2024. En opinión de Hernández de Cos, el BCE se enfrenta en la actualidad a la disyuntiva que le obliga a elegir entre atajar la inflación o proteger la actividad económica. Y es que, una reacción excesivamente «contundente» podría hacer empeorar el crecimiento económico y «el paro empeorará». Por el contrario, tomar medidas «demasiado débiles» puede no ser suficiente para detener la espiral inflacionista. Precisamente por eso cree que aunque los tipos de interés seguirán subiendo, lo harán hasta un máximo del 2,25% o del 2,5% . Las proyecciones del Banco de España son, además, que la subida se haga de forma lineal y progresiva hasta 2023 y que se mantengan al menos buena parte de 2024. Elevarlos hasta su nivel terminal de forma inmediata sería, en su opinión «una opción muy poco recomendable dada la enorme incertidumbre que caracteriza al actual entorno económico». «La política óptima en este caso es intervenir en contra de la tendencia, endureciendo la política monetaria lo suficeinte para permitir un cierto aumento transitorio de la inflación por encima del objetivo, así como una reduccón del PIB por debajo de su nivel potencial», ha añadido. En cualquier caso, la evolución de la guerra de Ucrania será clave para la evolución económica. Reputación de la banca El sector bancario también ha estado representado por el presidente de Caixa Bank, José Ignacio Goirigolzarri , que ha intervenido a través de un vídeo, y por Gregorio Villalabeitia , presidente de Kutxabank. Ambos directivos han coincidido en destacar la reputación como el principal reto al que se enfrenta en estos momentos el sector bancario después de que ésta cayera en picado durante la crisis financiera. «La sostenibilidad del sector para por el hecho de que la sociedad desee que exista y vea su utilidad », ha asegurado Goirigolzarri. Ha destacado que la banca española «compara muy bien» con la europea en términos de «calidad del servicio y coste de financiación». Sin embargo, debería hacer un esfuerzo por comunicar y transmitir «de forma mucho más eficaz» ya que se trata de un sector «decisivo» para el bienestar de la sociedad aunque esta idea no siempre es percibida por la ciudadanía. Villalabeitia, por su parte, ha señalado la falta de reputación que vive el sector como uno de los temas «críticos» . «Especialmente después de la crisis financiera, tienen un reto reputacional de primera magnitud no justificado en muchos casos», ha lamentado. Y es que, según ha recordado, ninguna de las entidades que operan en la actualidad fueron rescatadas, sino que más bien « contribuyeron » ha su saneamiento. Ha reclamado además, que los reguladores y supervisores tengan «mayores competencias» para que así se puedan establecer «las mismas reglas del juego» para todas las entidades que «hacen lo mismo». No lo ha nombrado pero sus palabras claramente se referían a los nuevos productos financieros , como las criptomonedas, que están sometidos a una supervisión menos estricta que la banca tradicional.