El descomunal arsenal pol?tico
La ?investidura? se est? desmoronando -a mayor velocidad- por donde nadie o casi nadie lo esperaba.
Lo que estamos conociendo a cuentagotas tras el supuesto macro ?hackeo? a la Secretar?a de la Defensa Nacional es muy grave y no porque evidencie la vulnerabilidad de sus sistemas inform?ticos. Recordemos que hasta al gobierno m?s poderoso del mundo le vaciaron sus archivos.
La serie de esc?ndalos que se han desatado por los documentos liberados por los Guacamaya Leaks corroboran lo que se ven?a develando desde hace casi un a?o: contrario al discurso oficial, existe un oasis de corrupci?n que ha sido propiciado o tolerado desde lo m?s alto del poder p?blico.
El contenido de las revelaciones es muy delicado, pero elevando la mira un poco se observa un mensaje mucho m?s estremecedor: la milicia no solo cuida y vigila a la m?xima figura del poder p?blico, sino que desconf?a de ella.
A nadie asusta que las Fuerzas Armadas obtengan informaci?n de inteligencia, de seguridad nacional y p?blica, financiera o social ni que sepan el tratamiento y los achaques del inquilino del Palacio. Lo que no es com?n es que se sepa que la desconfianza en el comandante en jefe es descomunal.
Si la informaci?n es poder, estas revelaciones nos llevan a deducir f?cilmente el porqu? de la actitud tan complaciente hacia los de verde olivo: Poseen tantos datos, tantas pruebas, tantas investigaciones adversas contra el de la ?investidura? que a ?ste no le queda otra salida.
Apenas hace unos meses comentamos (?Por la segunda intervenci?n?, MILENIO julio 2 de 2022) que ante los excesos del r?gimen solo hab?a una instituci?n constitucional con la capacidad y fuerza para ser un contrapeso y que, de hecho -se dijo- esa misma instituci?n ya hab?a intervenido de manera dr?stica en las decisiones del Poder Ejecutivo cuando a finales del 2020 oblig? a que el gobierno mexicano exigiera la repatriaci?n del general Salvador Cienfuegos quien hab?a sido detenido en Los ?ngeles, California, acusado de narcotr?fico.
Este ?nico poder real pero constitucional -ahora lo sabemos-, tiene un arsenal pol?tico mucho mayor al militar, al grado que podr?a derribar la m?s grande farsa del M?xico reciente sin disparar una sola bala.
Celso Mari?ocelso03@icloud.com