Las oficinas se han convertido en líderes de inversión de los últimos meses. En el tercer trimestre de 2022, en España se han realizado operaciones por valor de 1.183 millones de euros, una cifra que no se registraba desde el período prepandémico, según BNP Paribas. Y aunque la entrega de un gran número de proyectos ha añadido más de 45.000 metros cuadrados al ‘stock’, CBRE asegura que la tasa de desocupación sigue su tendencia a la baja, situándose ahora en torno al 12%.
Pero no todas las empresas pueden hacer frente al desembolso que supone el alquiler o la compra de una oficina, y otras no quieren esta opción porque con ella podrían ver limitada la dispersión geográfica de sus plantillas que permiten las nuevas fórmulas híbridas de trabajo. Para ellas, y para los autónomos que prefieren trabajar en lugares adaptados a sus necesidades y que favorezcan la colaboración, el intercambio de ideas y el ‘networking’, en lugar de en su domicilio, las oficinas ‘flex’ se han convertido en una gran solución. De ahí que JLL estime que este tipo de espacios representará el 30% del mercado global de oficinas en 2030.
Centro de negocios con 'coworking' de First Workplaces en Torre Europa, en el Distrito Financiero de Madrid«Las oficinas ‘flex’ y las compartidas han llegado para quedarse. Todo apunta a que las empresas -independientemente de su tamaño- seguirán considerando esta tendencia como una opción valiosa que ayuda a afrontar los retos y las necesidades cambiantes de una empresa», asegura Raquel Guijarro, responsable de Workplace strategy de JLL, quien apunta que incluso hay muchos clientes que combinan oficinas propias con espacios de ‘coworking’, sobre todo para abrir nuevos mercados o como apoyo a determinados proyectos, por su contratación por meses.
Y es que, como añade Nicolás Manrique, cofundador y CEO de la ‘proptech’ Psquared, «el sistema ‘flex’ resuelve muy bien las necesidades de flexibilidad de empresas en crecimiento o que trabajan por proyectos, y favorece la deslocalización de equipos y el contacto con actividades afines».
Space as a service
Además, en torno a este tipo de oficinas flexibles han surgido nuevos modelos de negocio, como el denominado ‘space as a service’ (SPaaS), que permite disfrutar de los recursos necesarios para trabajar reservando espacios de trabajo o salas de reuniones en redes de ‘coworking’, cadenas hoteleras y centros de negocio, evitando así grandes inversiones y facilitando la transformación continua.
Entre las ventajas del SPaaS, la firma española de espacios flexibles First Workplaces destaca su adaptabilidad, pues la empresa reserva el uso del espacio que necesita en la ubicación geográfica que quiere y paga por él sin fianzas ni otros desembolsos iniciales. Esto facilita su apertura a otros mercados y el acceso a mayor talento, porque «frece más flexibilidad a los candidatos, dándoles la posibilidad de trabajar desde diferentes ubicaciones», explica.
Otra de sus bondades es que permite establecer puestos de trabajo en la zona más cercana a la residencia de los trabajadores, para que puedan ahorrar en desplazamientos sin tener que renunciar a las ventajas de trabajar en un lugar profesional y con todas las comodidades. Además, favorece el ‘networking’ e incluso nuevas oportunidades de negocio. Y evita preocupaciones al empresario, lo que «permite a las organizaciones concentrarse más en su negocio y en su propio crecimiento».
De hecho, la consultora Savills ha detectado un incremento del interés de los propietarios de edificios para incluir en ellos una parte de espacio ‘flex’ para captar esta demanda.