Pocas cosas deben dar esta temporada más tranquilidad a
Carlos Ortega que mirar al banquillo cuando decide cambiar de portero, la posición más determinante del balonmano: allí estará
Emil Nielsen o
Gonzalo Pérez de Vargas presto y dispuesto a mejorar la aportación de su compañero de posición.
Seguir leyendo...