Perú no tolera las injerencias extranjeras
Contrasta el silencio de las ministras de Podemos tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo en Perú con su respuesta –inmediata– al fallo judicial que solo unos días atrás condenó en Argentina a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción, una injerencia política que atenta contra las reglas más básicas de la diplomacia internacional y que, sin embargo, el Gobierno de Buenos Aires toleró por su afinidad ideológica y argumental con Podemos. Ayer fue la nueva presidenta de Perú quien pidió explicaciones a México por salir en defensa de Pedro Castillo y poner en duda la legitimidad del Congreso para destituirlo. Más que indiciario de sus simpatías con el populismo iberoamericano, en este caso peruano, el mutismo de las ministras Belarra y Montero deja a España al margen de la llamada de atención de Dina Boluarte y, a la vez, pone en entredicho la figura de Alberto Fernández, incapaz de defender la soberanía argentina tras el ataque de las ministras españolas. Entre populistas se perdona todo.