Ahora que están a punto de llegar las vacaciones de Navidad , las películas infantiles se postulan como una gran alternativa en las que invertir el tiempo libre. De hecho, la oferta se amplía tanto en esta época del año que elegir se convierte en una tarea complicada: desde ' Rabbit Academy: El gran robo de los huevos de Pascua ' (estreno 9 de diciembre) o ' El Gato con Botas: el último deseo ' (21 de diciembre) en cines, hasta ' Noche en el museo: el retorno de Kahmunrah ' (9 de diciembre) en Disney Plus, pasando por ' Scrooge: Cuento de Navidad ' (2 de diciembre) en Netflix. El problema es que mientras los padres desean ver una película un día y otro filme diferente en otro momento, los pequeños de la casa lo tienen claro: quieren volver a ver la misma película siempre. En bucle. No quieren más opciones aunque las haya. Noticias Relacionadas estandar No Planes muy navideños y en familia para este fin de semana Carlota Fominaya estandar No Álvaro Bilbao: «Nos llenamos de cunas, walkie-talkies, mantas... Y nos olvidamos de lo más importante: conectar con el bebé» Carlota Fominaya ¿Por qué a los niños les encanta ver la misma película una y otra vez y no se cansan? «Porque les ayuda a aprender», explica a este diario Álvaro Bilbao , neuropsicólogo y autor, entre otros libros, de ' El cerebro del niño explicado a los padres ' y ' ¡Hola familia! '. «Hay que tener en cuenta que, al igual que ocurre en el tenis o en la repostería, la repetición favorece que nos convirtamos en expertos. ¿En qué se convierten en expertos cuando ven películas? En palabras y contextos sociales», explica. Los filmes permiten a los pequeños acceder a conceptos más amplios que no están presentes en su día a día, añade, lo que les supone una experiencia muy enriquecedora. «Al ser noveles en estos campos ( vocabulario y habilidades sociales que incluye lenguaje no verbal, expresiones, sentido del humor, etc.), la repetición les permite asimilar y almacenar la información, lo que sería mucho más costoso si no pudieran ver la misma película muchas veces. En otras palabras, es más sencillo aprender lo que es un sultán o un genio viendo la película de 'Aladín' cuatro veces que viendo catorce películas distintas sobre Oriente», ejemplifica Bilbao. Ver la misma película constantemente permite al niño experimentar cierta «sensación de control y satisfacción» porque la conocen y se saben hasta los diálogos, lo cuál también les permite «descubrir otros matices más avanzados de la interpretación o la trama». Al final, los menores, concluye, «ven las películas con una mirada distinta a la que la vemos nosotros». Un público exigente No cabe duda de que los niños son, sin duda, un público muy especial. Y exigente. «Son muy directos en sus reacciones: les gusta o no les gusta lo que ven y no puedes apelar a un juicio más considerado o intentar convencerles de que les guste algo si no ha sido así», apunta por su parte Ute von Münchow-Pohl , cineasta especializada en cine infantil. Suyas son películas como ' Los Elfking ', ' Cuervito Calcetín ' o ' Rabbit Academy '. Sin embargo, «cuando les gusta lo que has hecho es muy gratificante. Es maravilloso ver una película junto a un público entusiasta, que se asombra y lo vive con emoción. Encontrar el equilibrio no es fácil», reconoce. En su opinión, para que las películas infantiles cautiven a los niños, «los personajes deben ser verídicos y creíbles», apunta la cineasta. «No importa si son humanos, animales, seres fantásticos, objetos animados o lo que sea. Uno quiere poder reconocer en ellos aspectos de sí mismo y de su propia vida». MÁS INFORMACIÓN noticia No Las claves de una psicóloga para regañar a tus hijos sin dañar su autoestima noticia No Casi el 40% de los padres y madres se siente culpable en la crianza de sus hijos noticia No 8 consejos para elegir los mejores regalos para los niños esta Navidad noticia No ¿Por qué los niños aprenden más rápido que los adultos? También es fundamental que la producción trate de «algo significativo que merezca la pena contar, más allá de la pura diversión. Debe haber entretenimiento y humor, así como una nota clave positiva, más bien desenfadada, que ayude a lidiar con sentimientos negativos como la ira y la tristeza que puedan surgir en la historia», comenta Ute von Münchow-Pohl a ABC. «También es importante un final feliz y convincente», añade la directora, para quien hacer filmes infantiles es «maravilloso» porque le permite «abrir una ventana a un mundo más amplia, tratar problemas de forma segura y divertida, ofrecer personajes de ficción con los que identificarse y obtener nuevas ideas y perspectivas. Con las películas de animación puedo jugar con el mundo y los personajes que hay en él como lo hacía yo misma cuando era niña. Es como cuando sueñas de niño que tus juguetes, tus marionetas y peluches cobran vida y te hablan».