Mucho deseo de «¡Felices fiestas!» y «própero 2023» pero ni un resquicio más para la paz y amor al prójimo. La aprobación del Presupuesto de Castilla y León para 2023 no sólo pasará a la historia por ser el primero del Gobierno de coalición de PP y Vox y el «más elevado» que ha tenido la Comunidad –13.809 millones de euros–, sino por la bronca sesión , con dos suspensiones, el anuncio de que serán impugnados, la amenaza de los sindicados de recurrirlos ante el Tribunal Constitucional –el PSOE medita sí dar también el paso– y las dos formaciones de la coalición votando en contra de su propia Ley de Medidas de Acompañamiento al haberse posicionado por «error» a favor de las enmiendas del PSOE, lo que suponía dar el visto bueno a un modelo fiscal en el que ambos bandos están en las antípodas, tal y como quedó evidenciado en el debate. De la sonrisa, aplauso y apretón de manos entre el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el vicepresidente, Juan García-Gallardo, cuando a las 13.41 horas salían adelante sin problemas y gracias a su mayoría absoluta sus primeras Cuentas, al rostro desencajado casi dos horas después al comprobar que se habían pronunciado en el mismo sentido que los socialistas a sus enmiendas a la Ley de Medidas Tributarias. Una «incorrecta formulación» , según el portavoz del PP, Raúl de la Hoz, es lo que llevó al «error» de haber apoyado unas enmiendas de tal calado que suponían aceptar, entre otras cosas, el modelo fiscal planteado por los socialistas de tributación «progresiva» y que «pague más quien más tiene, más gana y más heredad», frente a la propuesta ahora tumbada de rebaja impositiva. Según de la Hoz, el origen del fallo o «malentendido» fue que se sometieron al escrutinio de los procuradores de forma conjunta enmiendas y votos particulares al texto, aunque, reiteró, en la Junta de Portavoces no se acordó de esta manera, sino el debate, y que el posicionamiento no había correspondido con la argumentación. Por ello pidió repetir la votación. Un extremo rechazado de pleno por el PSOE –«en ningún caso se puede repetir», recalcó su portavoz, Luis Tudanca–, que jaleó y celebró haber visto apoyada su propuesta, aunque finalmente no se llevará a cabo. Por la vía de urgencia Y de ahí, a la nueva bronca en la segunda sesión de debate monográfico de los Presupuestos. El presidente de la Cámara, Carlos Pollán (Vox), tras unos minutos de reflexión y repetir lo que había sometido a votación ante la airada queja sobre todo de los populares, optó por suspender la sesión «durante diez minutos» para consultarlo con los servicios jurídicos ante, ahora, el cabreo de buena parte de la oposición: «¡No se puede suspender el pleno en mitad de una votación!» . Finalmente, casi hora y media de receso entre rostros descompuestos en las formaciones del Gobierno, enfado por la maniobra «fraudulenta» a la par que alegría del PSOE con fotos incluso del momento al grito de «¡Casero! ¡Casero!» –en alusión al diputado del PP que con su fallo permitió sacar adelante la reforma laboral en el Congreso– e incredulidad en otros muchos. «No queda otro remedio que votar en contra» y arrancar una tramitación «por la vía de urgencia», reconocía De la Hoz de vuelta a su escaño. Así que a la hora de pulsar el botón del conjunto de la Ley: 26 a favor (PSOE), 44 en contra (PP y Vox) y ocho abstenciones (UPL-Soria ¡Ya! y Grupo Mixto). Vuelta a la casilla de salida de un texto que contenía entre otras medidas la rebaja en el tramo autonómico del IRPF para todas las familias numerosas o eliminar el requisito de la nacionalidad en la contratación de médicos extracomunitarios. Cuando se apruebe, las medidas contenidas entrarán en vigor «con carácter retroactivo» al 1 de enero, anunció el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, quien incidió en que este traspiés no afecta a los Presupuestos sí aprobados. Eso sí, con un doble escrito de impugnación encima de la mesa tras el rechazo de la «Presidencia» de las Cortes de efectuar por llamamiento la votación de la enmienda presentada por el procurador de Ciudadanos, Francisco Igea, reclamando 2,5 millones para los enfermos de ELA. Una «imposición», censuró Igea, quien acusó a Pollán de «parcialidad» y «absoluta falta de respeto a la norma», apelando al Reglamento para sostener su petición, apoyada también por UPL-Soria ¡Ya!. También su compañero en el Grupo Mixto Pablo Fernández (Podemos-Equo) –que no estaba en el hemiciclo en el momento de la bronca por la Ley de Medidas–, avanzó que lo impugnará. Igea incluso pidió la dimisión de Pollán: «No puede continuar de presidente ni un sólo día más», pues es «incapaz de mantener el orden». «Es inaudito, hemos tenido un presidente a la fuga durante dos horas», incidió. «No está capacitado» «Pollán ha demostrado que no está capacitado para presidir las Cortes y Mañueco para presidir la Comunidad. Son muy torpes, si no son capaces de ordenar una votación, cómo vamos a dejar en sus manos el destino de los castellano y leoneses«, insistió también tras el pleno Luis Tudanca, quien situó como «máximo responsable» de lo ocurrido al presidente de la Junta y aseguró que con la suspensión del Pleno durante la votación se vivió un «atentado contra la soberanía» de los ciudadanos de la Comunidad. Desde la Junta, Carriedo defendió que habían hecho «lo que teníamos que hacer» rechazando su propia Ley, ya que, sostuvo, las propuestas socialistas «perjudicaban a los castellano y leoneses» al suponer, entre otras cuestiones, una subida de tributos, así como la recuperación del eliminado Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Por el momento tendrá que aguardar su modelo fiscal, con n uevas rebajas de tipos para medio millar de personas por 600 millones de euros . Lo que sí entrará en vigor el 1 de enero son los Presupuestos, que salieron adelante con el voto a favor de PP y Vox y el rechazo de la oposición, que no logró incorporar ninguna de sus propuestas. Ya el regreso a un hemiciclo con muchos escaños vacíos tras la maratoniana jornada del jueves apuntaba a bronca, brindada por el debate de la sección de Empleo y con los sindicatos manifestándose en la puerta. «Vagos, zánganos y haraganes», algunos de los calificativos vertidos desde la oposición al bloque de Gobierno, tachando al vicepresidente como el «mayor parásito».