La fortaleza del sector inmobiliario espanta el riesgo de recesión
El propio Banco de España en su Informe de Estabilidad Financiera de Otoño afirmaba que, en el peor de los escenarios económicos en 2023, el sector inmobiliario resistiría con cierta tranquilidad , mucha solvencia y toda la garantía posible para sostener el gran grueso de las promociones existentes. Y lo dice cuando habla de un hipotético escenario pesimista donde el PIB caería en un 1,3% durante tres treses y la inflación crecería en estampida por encima del 20%. En este mismo sentido, la financiera Fitch confirma esta idea de ralentización de la economía y, por lo tanto, del sector inmobiliario español, que sin embargo será el que mejor resista de todos los socios europeos por la fortaleza de su tejido empresarial, el atractivo de sus productos y la experiencia ganada de la terrible crisis de 2008. Podemos pensar que la fortaleza del sector inmobiliario limitará la posibilidad de recesión, aunque se frene el crecimiento en este 2023. Incluso, con la crisis de los precios de la energía, la subida de tipo de interés y de la inflación, el informe Fitch apunta a tasas de ligero crecimiento en España , frente a la clara recisión que pronostica para 2023. Por lo tanto, podemos afirmar que es posible que haya una ralentización del sector, pero a día de hoy podemos descartar la recesión. Lo cierto es que el futuro, también en los análisis económicos, no se materializan hasta que se convierten en presente. Y todo está por ver en un mundo cambiante, muy líquido, que cualquier aleteo en la política internacional y la economía global cambia los mapas de previsión. Pero más allá de la incertidumbre, como estado natural de la economía y los mercados desde Adam Smith, el potencial del sector inmobiliario de la Costa Blanca hoy es más real que en 2008. La provincia de Alicante está registrando en la actualidad una demanda de compradores no españoles con crecimiento del 16%, fundamentalmente atraído por la estabilidad del país, de su economía –a pesar de lo que pensemos desde dentro– y las condiciones de vida que generan el clima, las comunicaciones y la facilidad de conectarse con el mundo. Nuestro mediterráneo, como ocurrió hace más de 2.000 años, otra vez se convierte en el punto de encuentro de pueblos y culturas a través del comercio y la economía. Trabajadores de la construcción en una obra en Alicante. JUAN CARLOS SOLER Sin duda porque en la actualidad el conjunto del sector está desarrollando promociones de primer nivel a precios muy ajustados ; genera riqueza en su territorio con construcciones de altas prestaciones, que se han anticipado a las exigencias de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica incluso antes de su entrada en vigor, y que considera que la construcción en suelos y espacios por desarrollar deben estar sometidos al principio de dar valor, no de castigar el paisaje. Estas condiciones hacen que la Costa Blanca y las empresas que formamos el ecosistema de la promoción inmobiliaria en la provincia de Alicante tengamos una reputación por encima de nuestros competidores, en España y en el resto de Europa. Lo que se traduce en que hoy, somos los promotores inmobiliarios, uno de los agentes de promoción turística más importantes para Alicante como destino, tanto para el turismo residencial como para el turismo convencional hotelero. Sin duda alguna, porque el sector inmobiliario ha profesionalizado su actividad, ha fortalecido su estructura empresarial donde hay empresas que no necesitan recurrir a financiación exterior para el desarrollo de sus proyectos, sino que dispone de recursos propios, una condición que eleva el plus de garantía en el consumidor final. Por lo tanto, es cierto que el sector inmobiliario puede que sufra una ralentización en este 2023, pero todo apunta que está lejos la temida recesión, la caída de los precios y la debacle que sí ocurrió en la anterior crisis. Pero no podemos ocultar algunas cuestiones que sí afectan a nuestro negocio, como también a la sociedad a la que nos debemos, pero que escapan a nuestra responsabilidad. La situación que se avecina apunta a incremento del coste de las hipotecas , que dañará muchas economías familiares; dificultará el acceso a la financiación para muchas economías domésticas; y complicará aún más el futuro de muchos jóvenes con un plus de dificultades a la hora de independizarse y poder acceder a una vivienda. Sin duda, el sector es consciente, pero hacen falta medidas que permita que entre todos sea posible el ejercicio de una actividad económica y la conjugación de un derecho básico, como el de la vivienda. España está preparada, dispone de empresas con potencial, que sólo requiere concertar medidas público-privadas para hacer de los retos oportunidades de beneficio colectivo y social. El 2023 será complejo, pero no necesariamente negativo si sumamos todos los potenciales posibles de todos los agentes disponibles. José Antonio Izquierdo es director general de Alibuilding