Las iglesias de Algeciras, Ceuta y Melilla no han establecido por ahora protocolos tras el ataque yihadista
El acto yihadista perpetrado el pasado miércoles 25 de enero en Algeciras -en el que falleció un sacristán y resultaron heridas cuatro personas más- ha causado una gran conmoción, y especialmente porque las víctimas fueron atacadas por profesar la religión católica. La Diócesis de Cádiz y Ceuta ha explicado a Confidencial Digital que: “de momento no se ha tomado algún tipo de medida de seguridad, pero por razones de confidencialidad puede que no haya trascendido”.
Asimismo, la Diócesis de Málaga, responsable de las parroquias situadas en Melilla, ha comunicado a ECD que durante estos días “no se ha establecido ningún protocolo”. “El vicario de Melilla ha hablado con diferentes personas y ha hecho un llamamiento a la prudencia. Se trata de un caso aislado, que está lejos de ser una cosa generalizada, y las misas se van a seguir celebrando con normalidad. Ya hemos recibido las condolencias de la Comunidad Islámica de Melilla, y miembros de las fuerzas de seguridad de la ciudad se han pasado a dar su apoyo”, han añadido.
Por su parte, desde la Diócesis de Cádiz y Ceuta han querido resaltar que el día después del ataque “en la Iglesia de Nuestra Señora de La Palma (donde fue asesinado el sacristán) a las nueve se celebró la Eucaristía con normalidad”.
La Administración, encargada de la seguridad
En la Diócesis de Málaga recuerdan que “las Administraciones públicas son las que se tienen que encargar de la seguridad, y de momento se seguirá actuando con serenidad”. El obispo de la ciudad mostró su apoyo a su homólogo en Cádiz después del ataque, y trasladó “su intención de oración por las víctimas y por toda la diócesis”.
Mientras tanto, la Audiencia Nacional ha prorrogado hasta el próximo lunes la detención de Yasin Kanzaa, el presunto autor. En el auto por el que se autorizó el registro en su domicilio, el juez considera que los hechos pueden ser constitutivos de un delito de asesinato y de lesiones, y concluye que el atacante “pretendía alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror”.
Además, el fiscal de Algeciras ha aclarado que la posible perturbación mental del detenido no elimina la calificación de acto terrorista, ya que "una cosa es el principio de culpabilidad y otra el hecho en sí cometido".