Dos teoras de la estupidez
No he hallado libro de Carlo Cipolla que se deje leer sin sonrer, ya porque su inteligencia es sbita e iluminadora, ya porque es capaz de, por ejemplo, explicar el trayecto de la Edad Media hacia el Renacimiento por el quemante apremio de conseguir pimienta. Y no es caricatura: es un ensayo, marcado por la cliometra, que demuestra que ?la tasa de crecimiento de la renta aument ms rpidamente que la tasa de poblacin?. En el trayecto cuenta historias de violencias, de santidades, la cada de Roma, las Cruzadas. Todo en 30 pginas. Quien conozca su Historia econmica de la poblacin mundial sabe que todo este ttulo inmenso se cumple en menos de 200 pginas. Se hizo famoso, sobre todo, por un juego terico que deriv en un recurso notable de crtica social, moral, poltica: su ?Teora de la estupidez? (en Allegro ma non troppo, 1988) que es, lo nico destacado en su pobre entrada de Wikipedia. Se trata de una matriz en cuadrantes. Hay cuatro clases de personas: los inteligentes (benefician a los dems y a s mismos); los incautos (benefician a los dems y se perjudican a s mismos); los malvados (perjudican a los dems y se benefician a s mismos), y los estpidos, que perjudican a los dems y a s mismos. stos son los ms peligrosos, porque ?siempre son ms de los que uno cree? y, sobre todo, porque ?el estpido es el tipo de persona ms peligrosa que existe?.El juguete de Cipolla no es un divertimento. l pudo ver al monstruo, evadirlo y describirlo. Pero evadir la estupidez no siempre es una opcin.Dietrich Bonhoffer dej su testimonio sobre esa misma bestia. Le cost la vida, apenas a los 39 aos de edad, en 1945. Su legado es prctico y, muchos aos despus, tambin terico. Fue un pastor luterano, sincero, culto, que escribi un par de libros de pedagoga filosfica y pareca destinado a una vida acadmica y de templo. Pero le toc atestiguar el ascenso de Hitler y sus hordas y cohortes nazis. Alz la voz para denunciar esa suerte de ?contagio en el mal?, tras la cual se asomaba Satn (los luteranos viven a las patadas con el diablo) y quiso hacer todo lo que pudiera hacer un ciudadano honesto en contra de la infeccin de la atrocidad. Arguy, escribi, denunci y quiso discutir racionalmente con los militantes y simpatizantes de aquel rgimen. Nada. No slo no haba manera de razonar con aqullos, Bonhoffer, en prisin, conserv su visin religiosa del ser humano, pero haba entendido que, cuando la estupidez se rene con el poder, no queda ms recurso humano que salir o quedar aplastado bajo el monstruo. Y dijo lo mismo que Carlo Cipolla: ?la estupidez es un enemigo ms peligroso que la maldad?. Contra el mal se puede protestar e incluso someterlo por la fuerza. Como hay una racionalidad en el mal, puede ser calculable y remediable. ?Contra la estupidez estamos indefensos. Ni las protestas ni el uso de la fuerza logran nada aqu; las razones caen en odos sordos; los hechos que contradicen el prejuicio de uno simplemente no necesitan ser credos ?en esos momentos la persona estpida incluso se vuelve crtica? y cuando los hechos son irrefutables simplemente se los deja de lado como intrascendentes, como incidentales. En todo esto, la persona estpida, en contraste con la maliciosa, est completamente satisfecha de s misma y, al irritarse fcilmente, se vuelve peligrosa. (Traduzco de Letters & Papers from Prison, Simon & Schuster).Luego aade un punto que Cipolla no toca: que las personas aisladas de los dems o solitarias ?manifiestan este defecto con menos frecuencia que los individuos o grupos de personas inclinadas o condenadas a la sociabilidad?, y que cuando el poder poltico, pblico, crece, ?infecta a una gran parte de la humanidad con la estupidez?. Pero ?el poder de uno necesita la estupidez del otro?, y no es que se atrofie el intelecto sino que el sujeto queda abrumado por el poder creciente y renuncia a su autonoma. Y esa renuncia los vuelve como sordos. ?El hecho de que el estpido sea a menudo testarudo no debe cegarnos ante el hecho de que no es independiente. Al conversar con l, uno siente virtualmente que no est tratando en absoluto con l como persona, sino con eslganes, consignas y cosas por el estilo que se han apoderado de l. Est bajo un hechizo, cegado, maltratado y abusado en su propio ser. Habindose convertido as en una herramienta sin sentido, la persona estpida tambin ser capaz de cualquier mal y al mismo tiempo incapaz de ver que es el mal?.AQ