Tumaco: el puerto pobre de Colombia que hizo rico a Garca Luna

A ms de 3 mil kilmetros de las viejas oficinas de Genaro Garca Luna en la Ciudad de Mxico, languidece un puerto en Colombia que le permiti al ?superpolica? mexicano catapultar su fortuna, segn consta en los registros de la Corte del Distrito del Este en Nueva York. La historia de este embarcadero es la de una comunidad empobrecida que enriqueci a un puado de hombres ambiciosos a costa de la vida de miles de personas.Hay dos formas de ubicar en el mapa al puerto de Tumaco: situarlo al sur de Colombia en el departamento de Nario o escribir que est en el ?Tringulo de la Mariguana y la Coca?, una regin de costas remojadas por el agua del Pacfico donde crecen cultivos como papa, caa y pltano, junto a ms de 57 mil hectreas de sembrados ilegales.En la bondad de su tierras tambin est el origen de los males de Tumaco, la misma maldicin que pesa sobre muchos territorios en Mxico: tanta abundancia es un imn para grupos armados como el Crtel de los Urabeos y guerrillas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que pelean a muerte esos ejidos para convertir las plantas en drogas y llevarlas a Estados Unidos.Es un pedazo de tierra codiciadsimo. Una joya de los bienes races del crimen organizado internacional. Pocos rincones en el planeta parecen estar destinados al ser punto neurlgico del narcotrfico: por mar, es una salida hacia el Ocano Pacfico poco vigilada por pases en vas de desarrollo; por tierra, esa regin colombiana conecta con la carretera Panamericana que lleva a Centroamrica y luego hacia la frontera con Estados Unidos; por aire, los radares no detectan avionetas que vuelan bajo y van cargadas de drogas.Y adems de condiciones geogrficas, en Tumaco estn dadas las condiciones sociales para tener un ejrcito de jvenes al servicio del narcotrfico: datos del Departamento Nacional de Planeacin de Colombia registran que el 70 por ciento de la poblacin entre 15 y 30 aos est desempleada, las escuelas son cascarones resquebrajados por la guerrilla y nunca falta quien est dispuesto a arriesgar la vida para trabajar para el crimen organizado, desde nios que trasladan droga en lanchas hasta ancianos sicarios.Por eso, aquel puerto atrajo en 2006 al narcotraficante colombiano Alexander Cifuentes, quien construy un imperio de drogas en colaboracin con el Crtel de Sinaloa. Lo hizo sobre las ruinas de otro imperio, el de Pablo Escobar, a quien sustituy tras su muerte en 1993 como el socio mexicano predilecto de Joaqun ?El Chapo? Guzmn por su personalidad orgullosa y temeraria, pero servicial al mismo tiempo con las familias ms vulnerables de Medelln.Avionetas y lanchasEse mismo ao, otro hombre, mexicano, construira su propio imperio de bienes races de la mano del mismo crtel: Genaro Garca Luna, el espa que lleg a ser secretario de Seguridad Pblica federal y quien, de acuerdo con el aparato de justicia de Estados Unidos, recibi millones de dlares en sobornos a cambio de blindar las rutas binacionales de trfico de cocana.El acuerdo era simple, al menos en teora, de acuerdo con el testimonio del narcotraficante colombiano Mauricio Harold Poveda, testigo en el caso contra Garca Luna.: Cifuentes enviara desde el puerto de Tumaco decenas de avionetas y lanchas de alta velocidad que cruzaran el Pacfico cargadas de ladrillos de cocana y marihuana dejando en estelas de aire y agua salada una ruta de funcionarios que reciban sobornos por miedo o por conveniencia.Garca Luna, como el siguiente eslabn de la cadena, debera asegurarse que las autoridades federales no interrumpieran el trayecto hacia las costas de Mazatln, donde el Crtel de Sinaloa las recogera para llevarlas hacia Estados Unidos y Europa. El acuerdo inclua que la carga etiquetada para ?El Chapo? Guzmn y ?El Mayo? Zambada no poda ser requisada ni robada por adversarios.A cambio, ambos se volveran hombres ricos en tiempo rcord. Con Nario como el departamento que ms coca produce en todo Colombia, organismos internacionales han logrado aproximarse al negocio millonario que ah se gesta: si en el 2015 germinaron 29 mil 755 hectreas de cultivos ilcitos y de cada una puede extraerse 7 kilos cocana, un clculo conservador apunta a que la dupla Cifuentes-Garca Luna controlaba un negocio de unos 520 millones de dlares, segn clculos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.Sobre esas pilas de billetes, el acuerdo binacional signific un derramamiento de sangre cuya magnitud difcilmente se conocer con exactitud: los colombianos liderados por Cifuentes aprendieron de los crteles cmo ejercer una fuerza brutal para dominar la regin de Nario y crearon un castigo especial para quienes delataban, robaban o incumplan con los plazos de entrega y recepcin de drogas: ?el corte de chaleco?, es decir, desmembrar a una persona hasta dejar nicamente el torso que era aventado a los manglares sudamericanos.Para mantener a militares, policas, guerrilleros, periodistas y defensores de derechos humanos a raya, los colombianos recibieron de crteles mexicanos armas y dinero con el que corrompieron instituciones que siguen sin recuperarse.Por otro lado, los mexicanos usaron como pretexto la llamada ?guerra contra el narco? para centralizar las estrategias de seguridad bajo el mando de Garca Luna, quien se sum al bando del Crtel de Sinaloa ofreciendo la fuerza del Estado mexicano para aplastar a competidores como Los Zetas o La Familia Michoacana, salpicando de sangre al pas.La conexin entre ambos qued marcada por el testimonio de Jess ?El Rey? Zambada, quien afirm que las ddivas a Genaro Garca Luna incluan la proteccin a los envos de su ex socio Alexander Cifuentes, quien ?para tranquilidad de Genaro Garca Luna? protega los envos de droga hacia Sinaloa innovando en una estrategia que desarrollaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia: los ?cristalizaderos?.?En Colombia ?esa palabra que no se utiliza en Mxico? alude a un rstico complejo cocalero que se instala en las zonas ms inaccesibles de la selva para procesar y obtener cocana bajo las copas de rboles frondosos. Cifuentes llev esa estructura ms all e instal narcolaboratorios en tierra y mar que eran custodiados por hombres armados que daran alcance a cualquier testigo para asesinarlo y enviarlo al fondo del ocano.El ?efecto Garca Luna? cre ms palabras que torcieron el lenguaje de esa regin: lo que en Mxico algunos conocen como ?narcolancheros?, en Colombia les llamaron ?los panda?, es decir, jvenes que antes de entrar a las redes de narcotrfico vivan en condiciones pauprrimas y que despus de rentarse a los crteles aparecan con joyas de oro, ropa de marca, pistolas entre el cinturn y la espalda y motocicletas nuevas que ruedan sobre las calles de lodo.Socios presosAquel sbito poder en chicos de 14 a 18 aos trajo consigo nuevos problemas: la extorsiones a pequeos negocios que apenas obtenan lo necesario para abrir al da siguiente y un pico en violaciones sexuales contra nias y adolescentes. Pronto, los tumaqueos se dieron cuenta que la corrupcin en Mxico arrasaba con sus vecindarios aunque a ambos pases los separaran cientos de kilmetros de distancia.Y aunque Cifuentes y Garca Luna ahora estn presos en Estados Unidos por sus crmenes ?con poca esperanza de volver a ser hombres libres?, los alrededores del puerto de Tumaco no se ha recuperado de ese arreglo criminal: adems de ser asiento de grupos criminales locales como Los Rastrojos y el Crtel del Norte del Valle, an hay una permanente presencia de integrantes del Crtel de Sinaloa y de un nuevo poder criminal que atemoriza a Sudamrica.En agosto de 2020, autoridades de Colombia ubicaron un submarino valuado en 1.2 millones de dlares que navegaba por aguas nacionales sin permiso. De inmediato, personal de la Direccin Antinarcticos de la Polica Nacional en conjunto con la Armada de Colombia lo interceptaron y descubrieron un cargamento de droga con un valor callejero cercano a los 19 millones de dlares.El GPS del sumergible marcaba el punto de partida y destino: sali de Tumaco y recalara en las costas de Careyes, Jalisco, el feudo de Nemesio ?El Mencho? Oseguera Cervantes. De pronto, el Crtel Jalisco Nueva Generacin tambin sac la cabeza del agua.?En cielo, agua y tierra, el legado de Garca Luna se siente en ese empobrecido puerto colombiano: sobre la playa blanca que le ha dado el nombre de ?La Perla del Pacfico?, brota el verde de los billetes, pero tambin el rojo de la sangre colombiana y mexicana.HCM