Pidcock se doctora en la Strade Bianche
A pesar de ser una carrera relativamente joven -con solo 17 ediciones-, la Strade Bianche se ha ganado ya un sitio principal en el calendario ciclista. La carrera de la Toscana, con final en la icónica ' Piazza del Campo ' de Siena, marca el inicio oficial de la temporada europea de ciclismo. Al menos, en lo que a grandes citas se refiere. La primera fecha para brillar de verdad en el año ciclista. Quizá por eso, en la salida suelen apostarse casi todos los grandes nombres del pelotón, si bien esta vez había alguna ausencia notable. La más importante, la de Tadej Pogacar , campeón el año pasado, que esta vez ha optado por un calendario diferente. Entre los que sí esperaban ansiosos el inicio estaba Van der Poel , flamante campeón del Mundial de ciclocross , que levantaba en Siena el telón a su temporada en ruta. Noticia Relacionada Ciclismo estandar No Otro arcoíris para Van der Poel Emilio V. Escudero El neerlandés se impone en el Mundial de ciclocross tras superar al esprint al belga Van Aert en una carrera gigante El neerlandés, gran favorito a pesar de que no se había estrenado aún sobre el asfalto, acaparó los focos cuando se rompió la carrera, a falta de 42 kilómetros para la meta. El ataque previo de Pidcock en un descenso -imposible cazarle cuando el terreno pica para abajo- hizo reaccionar a Van der Poel, cuyo ímpetu desgajó el pelotón. Un puñado de ciclistas, entre los que estaba Pello Bilbao , se agarraron a su rueda como pudieron. Demarraje poderoso que hizo una selección definitiva. Por delante, el inglés se alió con De Marchi y juntos amasaron una ventaja por encima del medio minuto. Un tesoro que ambos cuidaron con cariño durante varios kilómetros, mientras por detrás el grupo perseguidor no terminaba de entenderse. Demasiados gallos -Van der Poel, Mohoric, Benoot...- y pocos currantes. De eso se aprovecharon los dos líderes, que quemaban metros sin ver menguada la diferencia. En uno de los últimos tramos de 'sterrato', Pidcock decidió que ya no le hacía falta más compañía y se marchó en solitario en busca de la gloria. De su primera gran clásica. El del Ineos comenzó entonces una contrarreloj en solitario, tratando e evitar una caza que por momentos parecía segura. Porque se organizaron un poco por detrás, con Madouas, Costa y Benoot como líderes de la revuelta, a los que se unieron Valter, Mohoric y Simmons . Habían desaparecido de la escena Van der Poel, desfondado en este primer capítulo de su temporada, y también Pello Bilbao. Los perseguidores llegaron a ver de lejos la rueda trasera de Pidcock. Alrededor de diez segundos por delante en el momento más crítico para el inglés, que supo guardar fuerzas para encarar el último tramo con garantías. De hecho, en la entrada de Siena ya había crecido la diferencia por encima de los 20 segundos , así que solo le tocaba disfrutar. Daba igual que el muro de Santa Caterina , ese último kilómetro que da acceso a la plaza más famosa de la Toscana, fuera una cuesta mortal. Era su momento y lo podía disfrutar. Se lo había ganado el británico, casi siempre a la sombra de Van der Poel y Van Aert en el barro, que ya puede presumir de su primera gran clásica. Victoria de campanillas para él, que suma ya un palmarés notable a sus 23 años, con un triunfo en el Alpe D'Huez del Tour de Francia el verano pasado, la Flecha Bravanzona de 2021 y esta Strade Bianche. Alegría que le separó veinte segundos de Madouas y Benoot, segundo y tercero respectivamente. Pello Bilbao, en un gran final, terminó séptimo, a 1:04 del ganador.