Tres orejas para la facilidad de Juan del Álamo
La tarde fue de Juan del Álamo. El veterano torero salmantino se entretuvo en cortar tres orejas en la primera corrida clasificatoria de esta nueva edición de la Copa Chenel, y lo hizo casi sin despeinarse, en una tarde en la que derrochó oficio y facilidad, que al final le auparon a hombros. En la cruz del festejo, la fea cogida que sufrió Alberto Durán cuando toreaba con la mano izquierda al quinto, que, afortunadamente, quedó en el susto. El primero de la tarde, de Pablo Mayoral, desarrolló una templada nobleza que propició que Del Álamo anduviera sobrado. Y eso que en los primeros tercios, el toro manseó y hasta buscó las tablas, pero ante la muleta embistió con excelente son, siempre humillado y con temple. Un astado más que potable con el que el de Salamanca reverdeció laureles. Se le vio cómodo, sin acabar de romper hasta que, ya al final, por el derecho metió lo riñones en una serie de nota. El cuarto, de Monte La Ermita se fue para los corrales por su invalidez, y con el sobrero, Juan del Álamo toreó con buen aire en un quite por chicuelinas. El comienzo de faena, tan torero como ligerito, dio paso a una faena variada, siempre pausada, en la que destacaron circulares por la espalda. Más comprometido el torero en el final por bernadinas, y tras una resolutiva estocada le valió para pasear las dos orejas en triunfo. Noticia Relacionada opinion Si Carteles de San Isidro: la desaparición de la clase media y el torismo Rosario Pérez Es imprescindible que vengan las figuras, sí, pero abiertas y demostrando su imán taquillero Alberto Durán brindó su primer toro a la memoria de su padre, recientemente fallecido, y puso sobre la arena todas sus buenas intenciones. A media altura en los primeros compases por el pitón derecho y con firmeza a la hora de citar con la mano izquierda. El ejemplar de Mayoral se entregó al final de faena con largas y humilladas embestidas por el derecho, que Durán no acabó de aprovechar. La cosa, lejos de mejorar, cayó en un desfiladero con la espada. No estuvo a la altura. Copa Chenel Plaza de toros de Villa del Prado. Sábado, 11 de marzo. Primera del certamen. Se lidiaron toros de Pablo Mayoral, los tres primeros, y Monte La Ermita, el cuarto como sobrero, correctos de presencia y de variado juego. Juan del Álamo, de canela y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el cuarto, estocada (dos orejas). Alberto Durán, de turquesa y oro. Metisaca, tres pinchazos y descabello (aplausos). En el quinto, cogido, remata Del Álamo, bajonazo (ovación). Francisco José Espada, de coral y oro. Cinco pinchazos, seis descabellos. Dos avisos (silencio). En el sexto, bajonazo, estocada que hace guardia y tres descabellos. Aviso (ovación). coral y oro. Cinco pinchazos, seis descabellos. Dos avisos (silencio). En el sexto, bajonazo, estocada que hace guardia y tres descabellos. Aviso (ovación). Salió más arrebatado ante el quinto. Bien con el capote, lucido con las banderillas y con buen gusto en un esperanzador comienzo de faena. Entregado, firme en los cites hasta que manejando la izquierda, el toro se le venció y lo cogió de muy fea manera. El torero quedó doblado, sin fuerza para sostenerse en pie. Se lo llevaron a la UVI móvil que hacía guardia a las puertas de la plaza y a los pocos minutos ya llegaron las primeras esperanzadoras noticias. No llevaba cornada y la falta de fuerzas que le impedía mover la pierna pudo deberse al fuerte golpe sobre algún nervio. El tercero en discordia fue Francisco José Espada que no ofreció una buena impresión con el tercero, un tanto aperreado, y dando un mitin con los aceros hasta escuchar dos avisos. Mejoró su imagen con el sexto, descarado de pitones y con buen fondo. Espada anduvo más sosegado, plantándole cara y cuajando buenas series con la derecha. Pero lo que no mejoró fue en la suerte suprema. Mal sin paliativos para poner fin a una tarde que se llevó de calle el más veterano, Juan del Álamo, con un toreo fácil y sosegado.