El Ayuntamiento presentaba hace unos días el nuevo uniforme de la Policía Local de Sevilla para vestir a los agentes «a la última moda». Esta renovación del vestuario costará 1,2 millones de euros y está lejos de contentar a la plantilla municipal, que lleva tres años esperando nuevas prendas de trabajo. Según consta en una orden del Cuerpo, publicada el pasado 16 de marzo, a cada funcionario le corresponde: un pantalón de verano y uno de invierno, dos polos de mangas cortas y dos de mangas largas además de calcetines, una gorra y unos guantes. Tras conocerse las prendas que le corresponden a cada funcionario, las quejas han sido inmediatas. No sólo porque un único pantalón para trabajar todos los días -en verano o en invierno- resulta insuficiente sino porque además la ropa presenta problemas de tallaje y la serigrafía se despega: «Las letras donde debe poner Policía Local literalmente se caen», señala el delegado de CSIF, Santiago Rasposo . Desde el Sindicato Profesional de Policía (SPPME) califican las nuevas prendas «de auténtica vergüenza « y le recuerdan al Ayuntamiento en un comunicado que los agentes llevan tres años esperando uniformes; lo que ha obligado a los propios agentes a comprarse sus guantes o botas en este tiempo. Este enfado generalizado ha conseguido poner de acuerdo a dos de los sindicatos con representación en la plantilla municipal, que consideran una campaña de imagen la difusión de los nuevos uniformes para tratar de tapar las carencias que tiene la Policía Local y que fueron las protagonistas en el último pleno. Además desde el CSIF califican de « derroche injustificado « la decisión de cambiar el color de la uniformidad y regresar al amarillo fluorescente que se había cambiado hace unos años por el azul oscuro como hicieron las policías de otros municipios. «El cambio de color atendió, en su día, a una petición generalizada del cuerpo de la Policía, debido a que el uniforme bicolor no resultaba práctico y los agentes eran confundidos con otros colectivos municipales. No se entiende este nuevo cambio de color en el uniforme cuando, en la mayoría de las plantillas de policías locales de Andalucía, ya no se utiliza el uniforme bicolor», señala el CSIF. Cajas con los uniformes por estrenar que ya no pueden ser usados por el cambio en la uniformidad ABC Este cambio de color significa también que decenas de prendas que no han sido entregadas y que se guardan en los almacenes de la Policía Local no podrán ser usadas y previsiblemente serán destruidas. El sindicato tilda esta modificación de «capricho injustificado». Según fuentes policiales hay unos 900 polos y unos 600 chaquetones que ya no podrán ser usados y que están guardados en cajas sin estrenar. La estrategia de la «venta de humo» Este pasado fin de semana, el Ayuntamiento enviaba a los medios de comunicación una nota de prensa, acompañada por una fotografía del delegado Juan Carlos Cabrera y el jefe de la Policía, José Medina Arteaga , en la que describían los nuevos uniformes como «a las más modernas tecnologías relacionadas con la seguridad y la exposición a condiciones climáticas extremas», subrayando que esa inversión era una apuesta del Gobierno municipal. Un tono que ha enervado a los sindicatos, que llevan meses denunciando carencias severas en la plantilla, con movimientos internos preocupantes como la petición de traslado de todos los integrantes de la Oficina de Gestión de Atestados. Una situación de alta tensión que saltó la semana pasada al pleno. «La estrategia del Ayuntamiento se basa en vender humo para ocultar los problemas reales de la Policía: falta de personal, organización, infraestructuras y medios técnicos para trabajar«, señala el CSIF; mientras que en el SPPME han respondido a esta nota en la misma línea: «La renovación de los cascos de motoristas se está haciendo con material almacenado desde el año 2015; se han entregado guantes anticorte que se descomponen al sacarlo del embalaje, material antitrauma guardado para vender de forma política llegado el momento, pistolas táser sin formación alguna...»