Análisis | Luces, sombras y tinieblas
Si cuatro años al frente de un gobierno suelen pasar rápido, o eso dicen todos los mandatarios cuando tienen que enfrentarse al balance de gestión, ni qué decir tiene cuando por medio irrumpe una pandemia que cambia el orden mundial y una guerra a las puertas de Europa que desestabiliza la economía a todos los niveles. Estos cuatro años en Alicante han sido los del bipartito de PP y Ciudadanos, un mandato sin apenas ruido interno (tras el alboroto del tripartito), con mucho dinero para invertir (nunca el Ayuntamiento había tenido tanta manga ancha para gastar), de algunas cuentas pendientes resueltas y de demasiadas deudas históricas a la espera.