12 conservas con buena relación calidad-precio que tener siempre en la despensa para un apuro

¿Quién no ha llegado a casa a punto del desmayo por hambre y sin ganas de hacerse ni siquiera una tortilla francesa? ¿Cuántos atracamos la despensa a la hora de la cena tras una jornada intensa, después de salir a andar, a correr o simplemente cuando hemos, por fin, acostados a los niños? Para todo el que se identifique con ello es esta selección de alimentos, todos en conserva, de calidad y con una muy buena relación calidad-precio.

España es una potencia conservera, tanto en pescados y mariscos como en verduras y frutas. Una gran producción y una altísima calidad para unas conservas que nos pueden salvar del abismo no sólo cuando no hemos podido hacer la compra, sino también cuando llega una visita inesperada.

Para eso, sin duda, lo mejor es tener en la despensa de casa una buena selección de estas delicias en un bote que, ya sean solas, tuneadas con gracia o acompañadas de algo más pueden acabar resultando una suculenta propuesta para comer, para la cena o para improvisar un tardeo en casa sin que nos descabalen el presupuesto del mes.  

Estos son algunos de los productos que nos pueden facilitar la vida.

Castro es una empresa manchega, de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), que desde 1965 elabora conservas respetando el producto y recreando las recetas clásicas. Entre lo mejor de su despensa está este asadillo manchego, un plato típico de La Mancha a base de pimientos y tomates asados conservado en cristal con un precio de algo menos de cinco euros el bote de casi medio litro.

El asadillo de Castro es uno de los mejores que he probado, con las verduras bien asadas y aceite de oliva virgen extra. Es éxito seguro si lo combinamos con algo de cebolleta picada y un huevo cocido, incluso se le puede incorporar algo de atún en aceite y tenemos un plato completo. Por cierto, su tomate frito también está para mojar (mucho) pan.

Las conservas de caballa en aceite son un imprescindible en la despensa porque con poco puedes convertirlas en aperitivo, ensalada o un buen bocadillo. Esta de Alcampo Gourmet mantiene buena calidad, utiliza aceite de oliva y tiene un precio aceptable de 3,99 euros para la lata de 175 gramos. Puedes montarte una buena cena cortando bien pequeño tomate, pimiento y cebolleta y poniendo sobre esto la caballa y su aceite con una pizca de sal. Incluso para un aperitivo, simplemente la caballa coronada con cebolleta blanca picada y unas piparras.

Si queremos gastarnos algo más, también está muy bien la de Pesasur, que utiliza aceite de oliva virgen extra, lo que le da un plus de sabor.

Elaborada por la conservera española Frinsa, de la cual Minerva es su marca gourmet para conservas de sardinas portuguesas. Aparte de la belleza de la propia lata, esta marca tiene varias elaboraciones con sardinas –a mí me pirran las picantes con encurtidos–. Se trata de sardinas enteras en aceite de oliva ligeramente picantes con encurtidos, con pimienta y rodajas de zanahoria y pepinillo, a un precio de 2,50 euros la lata. Te solucionan la cena sobre un buen tomate con un chorro de aceite de oliva y, aún mejor, si todo ello lo pones sobre una rebanada de pan.

Atrévete también con las sardinas en tomate o las sólo con aceite de la misma marca.

Bonito del Norte, vinagre de vino, aceite de oliva refinado y sal –y nada más– en esta lata. El hecho de que sea frito le da mucho más sabor que a los que están sólo en escabeche. Es una estupenda opción para rellenar mitades de huevo cocido, también resulta una comida completa si freímos un poquito de cebolla y la añadimos al bonito desmigado para hacer una buena tortilla.

Un imprescindible en la despensa. Aunque es algo más caro que otros, merece la pena por su calidad. Su precio es de 5,20 euros la lata de 266 gramos.

Otra lata de bonito de gran calidad que ofrece una conserva de altura con aceite de oliva. Elaborado a mano con los filetes más selectos de la parte superior de los bonitos del Cantábrico, el cogote; una parte especialmente jugosa, y con un precio de 3,80 euros la lata.

Poco hay que hacer para disfrutar de esta lata, que tan sólo con unas alcaparras y una lluvia de cebolleta nos ofrece un aperitivo gourmet.

Todas las propuestas de esta conservera navarra son interesantes, pero a mí me gusta especialmente la borraja. Es una verdura sana, muy 'tuneable' y especialmente delicada, que sirve para improvisar un buen primer plato por 4,77 euros el bote de 720 mililitros.

Pude tomarse junto a unas patatas hervidas con aceite de oliva y algo de vinagre suave, rehogadas con un ajo y un huevo por encima o con un sofrito de ajo y pequeños taquitos de jamón bien tostado.

Esto sí que es un plato completo. Esta lata de cocido madrileño te resuelve la comida por 1,80 euros los 420 gramos, y lo hace con un plato de cuchara, de esos que no nos da tiempo hacer para el día a día.

Dentro, sólo garbanzos con su caldo correspondiente, chorizo, carne de ternera, patata, zanahoria, tomate y sal. Tres minutos en el microondas y a comer. Y si quieres darle un punto más, le añades un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.

Un chute de verduras en esta conserva vegetal de la marca premium de Carrefour, con un precio de 6,45 euros el bote de cristal de 400 gramos.

Guisantes, espárragos, alcachofas, zanahoria, judía verde, champiñones y todo ello envasado en Navarra. Uno o dos botes de estas te permiten arreglar una cena saludable o una comida en un pispás. Puedes sofreír algo de cebolla con una puntita de harina para darle consistencia, añadir la verdura junto con un poco de su propio caldo y darle un hervor para que coja sabor. Desmenuzas un huevo cocido por encima y listo.

Es cierto que esta conserva es algo más cara puesto que los dos muslos de pato en confit se cotizan a 12,15 euros, pero es que con esta lata podemos organizar una verdadera comida de fiesta. Están envasados por la empresa Selectos de Castilla, ubicada en la localidad Villamartín de Campos en Palencia, una empresa que cría los patos en semilibertad.

Son muslos de pato confitados en su propia grasa. Un producto muy versátil ya que puede degustarse tal cual tras quitarle la grasa con la que viene envasado, dorarlo al horno y acompañarlo con alguna salsa de naranja o de frutos rojos. Pero también nos puede servir para, una vez desmigado, rellenar unos canelones o integrarlo en una ensalada con otras frutas y vegetales. Le van bien los sabores agridulces.

Imprescindible tener una lata de mejillones en escabeche en las despensa. Es cierto que los fritos en escabeche en aceite de oliva nunca son baratos, pero este, para la calidad que ofrece, tiene un precio inferior a otros de alta calidad: 5 euros la lata de entre 12 y 16 piezas.

Son un éxito seguro ya sea simplemente abriendo la lata para tomar un aperitivo, acompañándolos de unas patatas fritas o para un bocadillo en pan de chapata bien empapado del escabeche que los acompaña.

Una conserva de lentejas y quinoa que es ecológica, vegana y sana. Se trata de una comida completa ya que a la legumbre y al cereal añade tomate, cebolla, zanahoria, pimiento, aceite de oliva, ajo y seta shiitake. Un guiso de cuchara que, una vez caliente, te reconforta el cuerpo. Bajo en grasas y alto en proteína y fibra y con un precio de 4 euros el bote de 425 gramos. Muy socorrido también para llevar al trabajo.

No es una conserva, pero sí que es una socorrida sopa preparada que ofrece un sabor distinto, muy del gusto del consumidor actual, y con un precio más que aceptable; viene en un paquetes de tres unidades por 2,25 euros.

Los beneficios saludables de este plato japonés realizado con miso, un fermentado de soja, son alabados por los especialistas en nutrición, pero hacer una sopa de miso en casa no solo no es fácil, sino que además nos obliga a tener la despensa bien provista de productos asiáticos y tener tiempo para hacerla. La de Mercadona es una buena solución. Elaborada con miso y algas y apta para veganos, sólo hace falta mezclar el contenido del sobre con agua y remover. Yo sugiero incorporar unas setas salteadas, hierbas frescas como cilantro y un toque de limón. Ya sea para comer o cenar, resulta bastante reconfortante.