Poirier, un coloso a la sombra de un gigante
Exhaustos estaban todos los presentes, desde los jugadores hasta el público, tras cuatro días de empacho baloncestístico. Es la magia de la Copa del Rey , un torneo irrepetible, lleno de giros inesperados y muy duro en el plano emocional. Tanto que una fuerza de la naturaleza como Yabusele , que no le teme a nada ni a nadie, se desplomó sobre el parquet del Martín Carpena cuando la bocina final sonó. El francés, mientras el resto de sus compañeros celebraban el título de manera eufórica, solo rezó, con los ojos cerrados y con la medalla de campeón colgando del cuello. Mientras, Llull, acostumbrado a las grandes gestas, un día más en la oficina para el menorquín, dirigía las operaciones, creaba pogos y sacaba pecho del escudo que lleva defendiendo durante tantas temporadas. Pero el gran gesto de la noche fue obra de Dzanan Musa , que abandonó los festejos para ir a saludar a un aficionado del Breogán de Lugo, club con el que ganó el MVP de la liga ACB en 2021 y que le permitió dar el salto al Real Madrid. Noticia Relacionada BALONCESTO estandar No El triunfo en la derrota de Sabrina Ionescu: solo Curry es capaz de superar la exhibición de la triplista Daniel Cebreiro Desde la línea de tres de la NBA, la base de New York Liberty registró 26 puntos en su concurso, una marca que en toda la noche solo fue batida por el de los Warriors en su enfrentamiento particular Pero de los más emocionados era Vincet Poirier , uno de los hombres del torneo, quizás merecedor del premio MVP, sin hacer de menos a Campazzo, por supuesto. El Madrid llegaba a la Copa con Tavares muy tocado en lo físico tras una lesión de un mes. Y como hizo durante la ausencia del africano, el galo dio un paso adelante cuando su equipo lo necesitaba. Contra el Barça, se fue hasta los 17 puntos, además de protagonizar las escenas más espectaculares y decisivas en el último cuarto. Le plantó cara a Vesely, el jugador más duro de los azulgranas con diferencia, y supo generar muchas ventajas cuando quedó emparejado con Willy Hernangómez . Además, sentenció a sus rivales con un tremendo tapón a Satoransky cuando este se disponía a dar una vida extra al Barcelona. Cara de pocos amigos que desaparece cuando el partido acabe, muy afable Poirier, con su hija pequeña correteando siempre a su alrededor. «Es mi primera Copa, hacía mucho que quería ganarla. El primer día llegamos a Málaga con muy buena actitud, conscientes de que debíamos pelear cada minuto de cada partido. Y al final conseguimos el trofeo», reconoció el de Clamart, el gigante a la sombra del gigante, que este mismo verano acaba contrato.