El cuento no se hizo realidad y
David no pudo derribar al todopoderoso
Goliat. El
HC Sant Just superó de forma brillante en las semifinales al conjunto local del
Club Patí Calafell y se plantaba en la final con la misión casi imposible de vencer a todo un
Barça, que domina con mano de hierro la
OK Liga, competición en la que no conoce la derrota, que ya había conseguido dos títulos en lo que se lleva disputado de temporada, y que había vencido las dos últimas ediciones de la
Copa del Rey, competición que lidera en el palmarés con 26 triunfos.
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