Fermín Lopez se erigió en el revulsivo que necesitaba el Barça para ilusionarse. Ante las ausencias de los lesionados
De Jong y
Pedri,
Xavi apostó por el de
Linares en el once y éste no defraudó. Desde el primer minuto, como el equipo, salió enchufado y pronto encontró la recompensa del gol para ilusionar a una grada entregada al equipo en un día grande.
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