Arropados por muchos niños y jóvenes, salían triunfales Emilio de Justo, Juan Ortega y Roca Rey de la plaza de Arenas de San Pedro. La técnica del extremeño, la capacidad de parar el tiempo del sevillano y la conexión que tiene el peruano con los tendidos habían hecho disfrutar los que habían poblado los tendidos, y estuvieron por encima de una noble, pero algo justa de fuerzas, corrida de Garcigrande, que echó un buen toro en último lugar. Recibió Emilio de Justo a Polizón con verónicas muy templadas, llevándoselo hasta los mismos medios, donde dejó una media de cartel. El de Garcigrande ya se mostró justito de fuerzas, como también se le vio cierto buen aire en el intento de...
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