El Espanyol sólo pudo arañar este viernes un punto de Butarque y perdió una gran ocasión para haberse acercado al liderato, aunque le permite dormir como segundo en la clasificación, a cuatro del primer puesto, a la espera de lo que haga el Eibar. En el partidazo de la jornada en Segunda División, el líder Leganés dio por bueno el empate, a diferencia de los pericos que necesitan sumar de tres. No fue un mal resultado para el Espanyol pero insuficiente en un duelo teñido por varias polémicas que fueron contra los intereses de los blanquiazules. Y es que los pericos se sintieron perjudicados por dos lances claves, determinantes, uno en cada parte. El primero el no penalti sobre Nico Melamed a instancias del VAR en la primera parte. Y en una segunda parte muy caliente, Manolo González fue expulsado por roja directa al presuntamente, reclamar la expulsión de Miguel por una durísima entrada sobre Omar, pero el pepinero solo vio una amarilla. Dos acciones determinantes y que pudieron cambiar el signo del partido y que indignaron al espanyolismo.
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