Más allá del gol fantasma, del penalti provocado y fingido de Lucas Vázquez y de las no tarjetas a Luka Modric; más allá del eterno y veraz discurso, eterno y veraz, de los árbitros favoreciendo al Real Madrid, está el FC Barcelona. Y
este Barça está completamente desequilibrado, y la decisión de mantener el contrato de Xavi hasta 2025 es un ejemplo palpable de ello.
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