Lo que al PSOE le va bien, al PSC le va mejor. Cataluña es una tierra tan acostumbrada a la carraca de vendedores de pócimas disfrazada de épica para salvar la democracia y la libertad que la escenificación de Pedro Sánchez no sólo no va a causar ningún rechazo sino que va a funcionar como una actualización de la luminaria independentista, que ya no alumbra demasiado. Los líderes personalistas gustan en la región más populista de España. Si dos millones de catalanes se creyeron que las urnas están por encima de la Ley o que una Cataluña independiente continuaría sin más en la Unión Europea, ¿cómo no van a creerse que Begoña es inocente y que los fascistas se han...
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