El primer flechazo llegó pronto, cuando visitó por primera vez el Museo del Prado siendo un crío de apenas 13 años y descubrió maravillado las obras de Zurbarán, Goya y, claro, Velázquez. Años después plasmaría su fascinación por 'Las Meninas' con medio centenar de versiones del cuadro, pero en aquel momento, a punto de ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, lo que dibujó el pequeño Pablo no fue el gigantesco lienzo del sevillano, sino dos figuras marginales del Siglo de Oro: 'El bufón Calabacillas' y 'El niño de Vallecas'. Dos obras que le impactaron notablemente y quedaron inmortalizadas a lápiz en un cuaderno con el que viajaría entre Madrid, Málaga y Barcelona durante 1895 y 1986. En...
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