Pimpinela volvió a cautivar a Costa Rica: Dúo viajó por la nostalgia y el amor en concierto en Parque Viva

Como en una novela, Pimpinela marcó el tono de su concierto en Costa Rica al iniciar con la canción En lo bueno y en lo malo. La letra “Sin pedirnos nada a cambio, hermanos en lo dulce y en lo amargo, aprendimos a escucharnos” fue el presagio para el resto de la velada: una emotiva puesta en escena a cargo de los hermanos Joaquín y Lucía Galán.

El dúo argentino, vestido de pies a cabeza con impecables trajes blancos y brillantes, cautivó una vez más al público costarricense. Fueron recibidos con entusiasmo por sus fanáticos, quienes anhelaban desahogarse con sus piezas más románticas y dramáticas en el concierto de este sábado 25 de mayo en el Parque Viva, en La Guácima (Alajuela).

Pimpinela en Costa Rica: Entre pleitos y amores, los hermanos Galán prometen un gran concierto

El escenario estaba listo para la dupla, pues no hubo artista telonero que calentara el ambiente. Por ello, al atraer las luces que dirigían la mirada al público, Joaquín dijo: “¡Buenas noches! ¿Estamos todos listos ya?”.

No fue solo su presencia física la que acaparó la atención de los fanáticos, sino también su habilidad para narrar una historia de principio a fin. Los hermanos se acompañaron de audiovisuales que recordaron su trayectoria artística, desde el momento en que iniciaron como una familia de cuatro integrantes que compartía el sueño de ver a sus hijos cantar frente al mundo entero.

Ahora, más de 40 años después, hicieron un recorrido desde la década de los años 80 y cómo han acompañado a múltiples generaciones que disfrutan de las baladas latinoamericanas. Incluso, Joaquín expresó su gratitud al ver rostros de todo tipo en el público.

Asistieron familias completas: abuelos, hijos, nietos, sobrinos, primos y amigos de todas las edades. La audiencia compartía el cariño hacia Pimpinela, por lo que resultaba sencillo encontrar a personas emocionadas en cada rincón del recinto.

Pimpinela no cambia: dúo ofreció un show cargado de emociones en Costa Rica

Algunos espectadores gritaron con emoción por la manera en que se relacionan con los hermanos, mientras que otros aprovecharon el dramatismo y tomaron el bando de Lucía durante canciones como Una estúpida más y Valiente, en las que la artista instaba a que la audiencia coreara los segmentos despechados desde lo más profundo del corazón.

No es de extrañarse ya que la mayor parte de la interpretación de Pimpinela se asemeja a una verdadera pelea de pareja. Con los tintes dramáticos característicos de su discografía, Joaquín suele ser el villano de la historia mientras que Lucía lo encara por cometer tantas barbaridades.

Esta narrativa se extendió hasta cuando cantaron Ese estúpido que llama y ambos intentaron defender ante el público sus posturas sobre las peculiaridades de las relaciones. Joaquín alegó que los hombres no son “los mentirosos” y Lucía se reía de su “falta de valor”.

Dímelo delante de ella fue uno de los temas más esperados de la noche, y no decepcionó. Lucía cantó con ímpetu una seguidilla de reclamos hacia Joaquín, quien intentaba evadirla en medio de los amistosos regaños que recibía del público, al punto que salía del escenario a ratos para ganarse algunas risas del público.

Con esa misma energía llegó A esa, la canción que fue entonada con tanta pasión por los costarricenses que sus voces se mezclaban con las de los intérpretes. La química era palpable y los protagonistas pedían a los asistentes que alzaran sus manos y bailaran con ellos.

Así fue como llegó uno de los momentos más emblemáticos de la noche: dos costarricenses (una mujer y un hombre) subieron al escenario al lado de Lucía y Joaquín para dedicar algunas palabras y disfrutar al máximo de Se va, se va, una canción que recién incorporaron en su repertorio.

Además de lograr que la audiencia se identificara con sus canciones, Pimpinela compartió algunas historias íntimas de diferentes etapas de su vida. Reflexionaron sobre los errores humanos y las malas experiencias que surgen a lo largo de la vida, al mismo tiempo que rindieron homenaje a sus padres que los apoyaron desde el inicio.

Para el cierre del concierto, Pimpinela cantó su esperado éxito Olvídame y pega la vuelta. Fue un espectáculo por sí solo: la letra se proyectó en la pantalla y el público entendió que debía cantar cada parte. Luego, para colocar la cereza en el pastel, todos se levantaron de sus asientos para celebrar con palmas arriba al ritmo de la colorida canción Cuanto te quiero.

Así despidieron a Lucía y Joaquín Galán, quienes se mostraron agradecidos por la recepción de los ticos en todo momento. Después de dos horas de música y alegría, resultó innegable que los argentinos honraron el nombre de su gira. Demostraron, una vez más, que su relación con Costa Rica es la misma: Siempre juntos.