Un plan sin fisuras

No faltan ejemplos variopintos de la negligencia en la que se ahoga el gobierno de Pedro Sánchez. Y sobran también muestras tangibles de las consecuencias que provoca en Galicia esa sobredosis de ineptitud. Se acumulan casos en cualquiera de las áreas de ese gabinete, pero resulta singularmente significativa la concentración de episodios de incompetencia en dos: infraestructuras y gestión de fondos europeos. Esta semana, en un capítulo que supera ya el summum del disparate, La Moncloa ha decidido traspasar 'talento' de una a otra: para intentar tapar en Transportes la crisis de los trenes que no caben en los túneles, recupera al secretario general de Industria que cesó en navidad por el fracaso del Perte de la automoción, el responsable directo de que la planta de Stellantis en Vigo recibiera migajas que ponían en riesgo su continuidad en la comunidad y de que quedara sin distribuir el 70 por ciento de los 3.000 millones presupuestados para impulsar la transición hacia el vehículo eléctrico. Un plan sin fisuras. Primero, porque Isabel Pardo de Vera deja no pocos asuntos pendientes. Más allá del despropósito de los trenes que no caben en los túneles, Transportes acumula una larga lista de temas pendientes de aclarar y concretar con Galicia. Recientemente se retrasaba de nuevo la llegada de las unidades Avril —necesarias para extender la alta velocidad ferroviaria— al próximo verano o inicio de otoño, más de doce meses en cualquier caso después de lo comprometido y sin precisar cuántas y de qué tipo se van a enviar a la comunidad. Esta semana el Ministerio tenía que rectificar además el proyecto presentado para la reconstrucción de los viaductos de la A6 que habían colapsado en junio del año pasado. Sin haber siquiera disipado convenientemente en este tiempo las dudas que persisten sobre las causas del desplome, anuncian ahora una corrección del plan de demolición de la vieja estructura apenas iniciado el proceso. Éxito tras éxito. Sin fecha tampoco para la primera reunión con el Noroeste para impulsar el corredor ferroviario del comisionado nombrado justo el día que los presidentes Rueda, Barbón y Mañueco reclamaban en Santiago el mismo trato para estos territorios que está recibiendo el Mediterráneo. Y bloqueado igualmente el traspaso de la AP9, que suma dos años en vía muerta. Una panoplia de disparates y muestras de supina ineptitud. Y segundo, porque Raúl Blanco ya ha demostrado su capacidad de gestión en el departamento de Industria. Era secretario general del Ministerio cuando Alcoa vendió a Parter las plantas de La Coruña y Avilés e insistió entonces en que el fondo suizo garantizaba la viabilidad de las factorías y el empleo. Desde 2021 está en concurso de acreedores y en proceso de liquidación. En ese mismo sector del aluminio, la joya de la corona en A Mariña no se reactivará totalmente hasta finales de 2025. En todo caso, suma también éxitos en otras muchas áreas. Singularmente el bloqueo de la distribución de fondos europeos a la automoción. Quizá uno de los casos más sobresalientes de incompetencia de entre los muchos que ofrece semana a semana el Gobierno central. Porque la frívola irresponsabilidad con la que se ha manejado ese Perte ha puesto en peligro una inversión en Galicia superior a los 600 millones de euros y con ello el futuro de Balaídos y el conjunto de sus auxiliares, uno de los grandes motores económicos de esta comunidad. Un currículo repleto de negligencias. Tanto monta, monta tanto. Deja en el cajón tantos asuntos pendientes con Galicia la cesada secretaria de Estado de Transportes como los que dejó el en su día destituido y ahora recuperado secretario general de Industria. Un plan sin fisuras. Tratar de tapar el escándalo de los trenes que no caben en los túneles con el fichaje del responsable de dejar sin distribuir el 70 por ciento de los fondos europeos destinados a la industria de la automoción. Otro éxito de gestión del gobierno de Sánchez.