En el periodismo sabemos que el lenguaje describe la realidad y muchas veces también la prescribe, como hacen hoy las encuestas de José Félix Tezanos. También hay evidencia de que en la política, la palabra antecede a la acción y define los marcos mentales (Lakoff, 2006). En EE.UU., por ejemplo, los votantes republicanos hablan de «inmigrantes ilegales», «control de armas» y al impuesto de sucesiones lo llaman 'death tax' ('impuesto a la muerte'), mientras que los demócratas hablan de «inmigrantes indocumentados», 'gun safety' (literalmente 'seguridad de las armas') e impuesto a la herencia. Lo hacen con la esperanza de que sus políticas preferidas parezcan más sonrosadas de lo que son. La cuestión es: ¿esto tiene un efecto en la realidad?...
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