La doble victoria en Belgrado del Real Madrid ha supuesto un chute de energía para el proyecto dirigido por Chus Mateo. El verdugo estaba listo, con hacha afilada, para decapitar al Madrid 22-23, un grupo con mucho talento y repleto de jugadores que hacían que las expectativas para esta campaña fueran máximas, ya superado el duro palo que significó la marcha de Pablo Laso el pasado verano . Sin embargo, según avanzaban los meses, algo no cuajaba. El Madrid se imponía porque su calidad coral es infinitamente superior a la mayoría de sus rivales nacionales y continentales, pero las dudas estaban ahí, incapaces los blancos de superar a sus máximos rivales en la clasificación y de ejercer un dominio continuado....
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