La última corrida de toros celebrada hasta ahora en la Monumental de Barcelona, en septiembre de 2011, supuso el fin del debate político sobre la tauromaquia, tan enconado hasta entonces durante todo el periodo que llevó a la prohibición del Parlament. Aunque años después el Tribunal Constitucional tumbó la abolición, el ruedo político ya había quedado prácticamente vacío. Y así ha estado hasta ahora, cuando ante las próximas elecciones municipales, hay candidatos que han vuelto su mirada hacia esos miles de aficionados que se mantienen en una auténtica resistencia en la defensa de una libertad perdida. El nadar y guardar la ropa de los diputados del PSC con sus idas y venidas ante la votación final contra la Fiesta, la...
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