Conozco a padres que se desplazan de provincia varios sábados al mes para que sus hijos tengan dosis extras de matemáticas complicadas en Estalmat , con profes universitarios que les dan caña. Así de raros son. Se sienten, además, con suerte, después de pasar un exigente proceso de selección. No tienen ninguna beca especial, ni les pagan la gasolina o el desayuno mientras hacen tiempo. Algunos acaban yendo a las Olimpiadas de Matemáticas y ha habido años en los que el dinero ha sido justo para llevarlos a la sede de la competición. Ahora mismo, Bruno Mompeán, murciano en segundo de Bachillerato, busca dinero para poder ir a Oxford, donde le han admitido, para estudiar matemáticas. Allí podría encontrarse con...
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