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Dentro de ese género tan francés del cine pretencioso, este trabajo de Christophe Honoré alcanza unos niveles realmente estimables, aunque los tiene aún más engolados. El meollo de la historia es sencillo, el colapso de un joven adolescente que ha perdido al padre en un accidente de automóvil y que vive el drama junto a la madre y el hermano mayor. Ese joven es el narrador de su propia historia, con una voz en 'off' que cuenta su estado de ánimo, su sensibilidad confusa y sus niveles crecientes de rebeldía, especialmente en lo sexual. Vemos su dolor, su escasez de armas para combatirlo y las contradicciones que se agolpan en su cabeza.
Un buen trabajo, o al menos muy apasionado ante la cámara, del actor Paul Kircher, que hace de su trayectoria por el relato un esforzado ejercicio de aspaviento y afectación. No es fácil seguirlo de cerca, o sea, a su lado, por la enorme cantidad de caprichos sentimentales que atraviesa, pero puede entenderse dada su edad y circunstancias. Junto a él y sus vicisitudes están Juliette Binoche, que no desperdicia la ocasión de regodearse melodramáticamente en su papel de viuda y madre, y tan intensa como una fiesta de chiquillos, y Vincent Lacoste, el hermano mayor ininteligible y algo impotable.
Valoración de ABCPlay
Oti Rodríguez Marchante
Se comprende la intención de Christophe Honoré de buscar la angustia de su personaje, de su entorno; también de otorgarle a su narración un cierto sello como de pompa estética y texto lírico, y de abrirse en canal para contar algo con lo que, presumiblemente, tiene mucho que ver. Pero lo que no se comprende es que su buena intención se le convierta en las manos en algo tirando a insufrible.