El momento de Anna Grau
El segundo debate electoral televisado tuvo lugar el lunes, en Betevé, con los siete candidatos a la alcaldía Barcelona . Anna Grau, volvió a brillar con luz propia y puso de manifiesto, una vez más, que Ciutadans es la única alternativa liberal a los populismos de diverso signo que amenazan nuestra convivencia y nuestro progreso. Colau ha paralizado Barcelona. Ocho años de políticas sectarias basadas en despropósitos como la «cultura» del decrecimiento económico, la cancelación cultural y la demonización de la policía han sumido a Barcelona en el desánimo. Y lo ha hecho con Collboni, que ahora critica esas políticas como si él no fuera corresponsable. De hecho, uno de los momentos más reveladores del debate fue cuando Anna reprochó a Collboni su salida fingida del gobierno: nombró uno a uno a los demás miembros socialistas, que siguen (y, si pueden, seguirán) en el gobierno de Colau. Barcelona ha perdido muchas oportunidades. De ahí que resulte vital desalojar a Colau y reabrir Barcelona al mundo con una alcaldesa liberal y verdaderamente progresista como Anna Grau, que reconstruya Barcelona contando con todo el mundo, sin sectarismos ni exclusiones. Ciutadans, de la mano de Grau, ha dejado claras sus líneas rojas para formar gobierno. Primero, una Barcelona respetuosa con sus ciudadanos, abierta y cosmopolita debe tener una administración bilingüe, que reconozca y potencie el español tanto como el catalán; segundo, tolerancia cero con la okupación: hay que acabar con la impunidad; tercero, basta ya del urbanismo amenazante de Comuns y PSC (supermanzanas y otras hierbas) y, cuarto, adiós al hachazo fiscal asfixiante. Estos cuatro puntos son el punto de partida de una nueva Barcelona que estamos convencidos que una inmensa mayoría de los barceloneses desean. La sensatez y el sentido común deben presidir esta nueva etapa de recuperación que Barcelona necesita como agua de mayo. Marina Bravo es diputada de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña