El presidente del Gobierno acusa al principal partido de la oposición de utilizar a ETA como «único argumento» para atacarle. Pero la realidad es que él tardó días en pronunciarse sobre la aparición de 44 etarras, varios de ellos con delitos de sangre, en las listas electorales de Bildu, e incluso medio excusándolo: «Hay cosas –dijo– que son legales pero no decentes» , lo que recuerda a Pilatos lavándose las manos ante Jesús maniatado, ya que algo indecente no puede ser nunca legal del todo. Sobre todo cuando hay casi un millar de víctimas por medio, que no deben ni pueden olvidarse. Y no digamos si se reciben favores de sus verdugos, como haber propiciado su acceso a La Moncloa...
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