Debajo de las alfombras de la España de los capitostes hay mugre suficiente para inspirar centenares de guiones cinematográficos o argumentos novelescos estremecedores. Sin embargo, por alguna extraña peculiaridad que nos distingue del resto del mundo, en nuestro país los directores y los escritores suelen dejar que sus musas deambulen por otros abrevaderos. La corrupción anida en la condición humana , en su naturaleza caída, y no hay corporación alguna, ya sea de políticos, financieros, policías, periodistas, curas o compañeros del metal, que no haya sufrido su mordisco en algunas ocasiones. Normalmente, en muchas. Rosa Belmonte y Emilia Landaluce , dos periodistas que suelen ponerse por montera la corrección política, han escrito una novela, 'La mala víctima', que hurga en...
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