Con España nos pasa un poco lo que a Ruano con aquella mujer de Asti, en Italia, que estuvo paseando por el parque durante horas a su hijo en brazos, creyéndole dormido, cuando lo que estaba era muerto. ¿Cuántas veces, decía, ha ido uno por la vida llevando algo que creía dormido y que había muerto? «Lo que más se parece a la muerte es la serenidad». Esta 'serenidad' española (la moderación liberalia) es lo que el propio Ruano llamaría «la estéril tranquilidad», que todos sinonimizamos con 'felicidad'. Para dar cumplida satisfacción a nuestra «pasión de tranquilidad», la Transición, decía Trevijano, abrió todos los riachuelos sentimentales que nacen del olvido, la frivolidad, la apatía, la ignorancia, la ingenuidad, la idiotez...
Ver Más