El domingo, que es siempre una convalecencia, me sirve mucho a mí para perfeccionar mi odio por el domingo. Detecto que es domingo incluso en el domingo de un sueño, cuando en los sueños no hay calendarios sino tiempo. El domingo es un estado de ánimo, un constipado interior, una melancolía, o por ahí. A veces, ante la nostalgia homicida que es todo domingo , recurro a buscar piso, en internet, aunque no busco piso, o bien frecuento museos virtuales, porque me apetece ilustrarme sin moverme del despacho. Son vicios de enfermo de domingo. Internet lo que tiene es que igual te ofrece un ático que te acerca a La Gioconda. Y a esto iba. Resulta que en domingo me...
Ver Más