Se despertó un día de estos España de resaca buena porque Rosalía le había cantado la noche anterior al desgaste del amor con un tema clásico que no antiguo que a los boomers, a los X y a nuestros padres y a nuestros abuelos nos sonó tan posmoderno como a los millennials y los Z. Uno escucha y mira a la artista catalana y sabe que Platón tenía razón cuando hablaba de ese mundo de las verdades inmutables, reales y eternas. El mundo de las ideas, ese al que sólo se llega a través de la razón y no del sentimiento, es también el mundo de la música. Porque aunque nos conquiste por el corazón no es nada sin la...
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