Matar a la oposición. Negarle la posibilidad de discrepar. Asimilar el conjunto de discrepantes al individuo más radical. Deslegitimarlos. O, utilizando palabras de Pedro Sánchez en su discurso de investidura: «Levantar un muro contra la derecha retrógada». Él es el demócrata, y los demás ultraderecha. El argumento es profundamente antidemocrático, porque no busca confrontar lealmente entre izquierdas y derechas. Busca deslegitimar al adversario, negar la esencia de la misma de la democracia, la alternancia. Esta es la estrategia de Pedro Sánchez, que viene de lejos. Hace cuatro años, en enero de 2020, el hoy designado por tercera vez presidente del Gobierno dedicó la mayor parte de su primer discurso de investidura a criticar al expresidente Mariano Rajoy y a la...
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