Napoleón anda suelto en Madrid. Camina, eso sí, sin uniforme militar ni sombrero. De hecho, es difícil de reconocer al verlo vestido con una vieja sudadera negra salpicada de lo que parece pintura, unos pantalones oscuros y desgastados y unas Converse bajas que vivieron épocas mejores. Pero es que a este Napoleón lo encarna Joaquin Phoenix, un tipo muy particular con aire de 'beatnik', ademanes de estrella atormentada y un magnetismo que solo Hollywood sabe regalar a sus grandes dioses. Porque cuando aparece en el lujoso hotel Ritz rodeado de su séquito debería desentonar y no lo hace. Al fin, al sentarse frente a un reducido grupo de periodistas, nace ese Napoleón frágil que encarna al final de la película...
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