El éxodo cubano evidencia un régimen incapaz de cambiar
La afirmación de que en los países socialistas, la gente vota con los pies, sigue siendo plenamente válida en el siglo XXI. Al gigantesco éxodo venezolano –Acnur cifra en 7,7 millones las personas que han huido de la dictadura de Nicolás Maduro– se suma nuevamente el cubano. EE.UU. ha contabilizado que 425.000 cubanos, el 4 por ciento de la población de la isla, ha ingresado en su territorio en el bienio 2022-23. Estas cifras no incluyen a los que han emigrado a otros países como Colombia, Brasil o España. La situación de la isla, donde el antiguo régimen no acaba de morir y uno nuevo sigue siendo un sueño, ha provocado una devaluación del 50 por ciento en la moneda y una contracción del PIB del 2 por ciento, una cifra que puede parecer pequeña para un país rico pero que supone un verdadero descalabro para una economía ya empobrecida como la cubana. «Quedarse es morirse de hambre», decía a las cámaras de TV un cubano mezclado en la gran caravana migrante que recorre México estos días.