La gripe no vota. Tarda en curarse siete días en un centro de salud público y una semana en uno privado. Es decir, tarda igual en un hospital que en un bar. Para el catarro, el jarro. Pero el uso político de la sanidad es mucho más tabernario que el vaso de tubo como analgésico. Que se fomente la confrontación entre administraciones de distinto color por los trenes o por la financiación puede ser incluso entretenido, pero que se haga eso con la salud de la gente... Este es un país políticamente enfermo. La ministra Mónica García, que es tan sanitaria como sectaria, nos impone la mascarilla a la vez que se quita su máscara. Las comunidades le echaron para...
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