El problema de la vivienda no se arregla con campañas
Un año ha tardado el Gobierno, desde que lo anunció en vísperas de las últimas elecciones locales y autonómicas, como reclamo de campaña, en canalizar la línea de avales del ICO para que los bancos participen en un programa financiero cuyo objetivo es facilitar la compra de vivienda por parte de los más jóvenes. El Ejecutivo no ha dudado en advertir a los bancos de las consecuencias de no formalizar operaciones del ICO, una amenaza, nada velada, que prejuzga y señala a unas entidades de las que, como en otras crisis, como la del Covid, depende el flujo del crédito y la construcción o reconstrucción de cualquier sector afectado. El problema de la vivienda en España no se arregla con una simple campaña de publicidad, menos aún basada en la exclusión, sino con políticas públicas que liberen suelo y satisfagan una demanda que el Banco de España cifra en 600.000 pisos para 2025. Las 184.000 viviendas que Pedro Sánchez prometió en las últimas elecciones generales serían un buen punto de partida.