El descalabro del domingo ha provocado en Esquerra Republicana una catarsis que de momento se ha llevado a Aragonés por delante y ha abierto un debate sobre el liderazgo cuyo desenlace influirá necesariamente en las negociaciones poselectorales. La dimisión diferida de Junqueras –las suspensiones temporales se van a poner de moda– deja la incógnita de quién va a decidir la política de pactos en un partido donde las decisiones se han tomado muchas veces por el método asambleario. Hay un sector partidario de seguir manteniendo con los socialistas un entendimiento pragmático y otro que considera que ha sido el abandono de la línea rupturista lo que ha permitido a Junts consumar el 'sorpasso'. Del modo en que se resuelva esa...
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