Ay, Loco, cinco años ya desde que el cielo es más libre y el suelo más dominable. Una mano entera de primaveras que han volado sin las alas canallas de tu canto, sin la navaja plateá de tus renglones. Un quinquenio desde esa tarde en la que la Alameda de mi ciudad se convirtió en la iglesia de los compases celestiales y lloró su orfandad de rebeldía cantando aquello del «servilismo mamón de las marmotas de Andalucía». El ayer, cabesa, es más 'yesterday' que nunca, el hoy es un 'tomorrow' sin futuro. En la carrera de la dignidad seguimos igual, van dopados los catalanes con siete votos que son la penitencia de los siete pecados capitales que nosotros, los gregarios...
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