Bohemios, y a mucha honra

Bohemios Autores: Amadeo Vives sobre libreto de Palacios y Perrín. Intérpretes: Paula Ramírez, Francisco Sánchez, Amando Martín, Javier Sánchez Rivas, Julia Rey, Lorena Ávila, Joaquín Caballero y Lorenzo Fernández. Coro y Orquesta de la Compañía Sevillana de Zarzuela. Dirección musical: Elena Martínez Dirección de escena: Marta García-Morales. Vestuario y Escenografía: Comapañía Sevillana de Zarzuela. Lugar: Teatro Turina. Fecha: 25/05/2024. Al terminar la función, Javier Sánchez-Rivas se despedía de su público que ha llenado el Turina durante tres funciones, celebrando los 15 años que han pasado desde que se pusiera en marcha este hermoso proyecto en el que cada año alcanzan metas distintas de forma incansable. Esto último es tan así que también 'festejaban' haber podido sacar adelante esta zarzuela que nos ocupa, a la que llamaban la maldita, por el desastre que fue la primera vez que lo intentaron y la alegría que les ha producido poder a representarla a su entera satisfacción. Está claro que Bohemios es uno de los títulos emblemáticos del género y la idea de abandonar su representación no pasaba por las cabezas vivas de la compañía. Lo primero es poder compartir la renombrada zarzuela de Vives con todas las personas -reconozcámoslo- mayores que han llenado el Turina. La mayor parte asocian la zarzuela con distintos momentos de su vida, cuando era la única música a la que podían acceder, bien a través de la radio, el que pudiera, de discos, y luego llegaron los cassetes. Y ese amor lo fueron transmitiendo a sus hijos. Y como tal muchos oíamos sus romanzas, dúos, tríos, preludios o coros (es verdad que la televisión jugó durante años un papel importante y difusor), pero muchas veces ni se sabía de qué trataba cada una, puesto que sólo se grababa la parte cantada. 'Bohemios' contó con el privilegio de llevarse al cine por Juan de Orduña en 1969 (hoy disponible en youtube para los que no la han visto) con la novedosa idea de contar con actores que ponían su figura a las voces de cantantes, y así contar con lo mejor de cada uno. En Madrid sí podían verla en vivo por un precio asequible, máxime con el empujón del llamado teatro por horas . Aunque en principio Bohemios podía atribuirla al género chico, sin embargo su duración, las exigencias vocales de los protagonistas, un coro bien formado, o la extensión y dificultades de la orquesta, lo ponen en duda. Recordemos que ya que el sinfonismo iba ganando adeptos y se pretendía contar con fosos de una variedad instrumental suficiente para dar color a una orquesta con sólo cuerdas o pocos instrumentos más. Por cierto, no queremos olvidar la dedicatoria que figura en la portada de la partitura por dedicarse a un músico sevillano: «A mi querido amigo y compañero Gerónimo Giménez» por la ayuda prestada por este al músico catalán. Y aquí hemos de reseñar la composición mayoritaria de músicos jóvenes a los que se les da la oportunidad de tocar ante un público y a la vez conocer de primera mano una música tan nuestra. Y a su buena actuación debemos el trabajo que siempre señalamos de la directoria Elena Martínez, siempre atenta a las voces y a un equilibrio verdaderamente difícil, puesto que el 'foso' debe entenderse el pasillito que media entre la primera fila de butacas y el escenario, es decir, una orquesta colocada linealmente sobre una delgada franja, que da incluso para incluir los timbales. Como decíamos, la aportación del coro es fundamental en momentos como el llamado 'de bohemios', número que alcanzó uno de los máximos puestos en popularidad de la zarzuela y que aquí, junto con el brillante final, fue uno los números mejor interpretados, por la cohesión del conjunto, la claridad observada en la dicción del texto, la proporción de las voces para que no sobresaliese ninguna (vocalista o sección), etc. Paula Ramírez y Javier Sánchez-Rivas luis ollero Paula Ramírez fue Cosette , protagonista de esta versión española de 'La Bohème', responde al perfil de soprano delicada, ligera y enamorada . Naturalmente, a medida que la ópera fue avanzando su voz se fue redondeando, llenando, hasta estar verdaderamente en su plenitud. Esta es otra aportación de este proyecto: sacar a relucir voces que de otra manera nos costaría encontrar. Qué bien cantó ' La niña de ojos azules ', con sus ' fioriture ' primorosamente articuladas, con un manejo del 'tempo' relajado (la orquesta le tendió el suave manto para ello), dosificándose un casi imperceptible crescendo para rematar con un terrible Mi bemol sobreagudo , que dio y mantuvo. Sólo nos parece que debiera mejorar la entonación dramática para deshacerse de ese dicción algo aniñada, que choca un poco con el de su canto. Aprovechamos para destacar el buen trabajo que hizo Lorena Ávila , que tiene un registro atractivo, con personalidad, como una portera de la realeza. Francisco Sánchez ( Roberto Randel ) es un tenor efectivo, que cumplió muy bien con su papel. Al principio fue subiendo hacia el agudo, que sin llegar a notas estratosféricas, resultó intenso y penetrante . De todas formas, nos pareció que con frecuencia cambiaba el color de su voz dependiendo de la necesidad de emisión. En cualquier caso firmó un Randel excelente, creíble y destacado. En principio el amigo de Randel, Duval , desde el punto de vista musical apenas tiene importancia; sin embargo, Amando Martín , que fue quien lo encarnó y a quien hemos escuchado en otras ocasiones, en esta tuvo un momento en que mostró un registro corpulento, sólido, vivo, que nos dejó con ganas de más. Y algo parecido nos ocurrió con Marta García-Morales (soprano, Juana) y Julia Rey (soprano, Cecilia), posiblemente del coro, pero que en varios momentos sentimos unas voces muy interesantes. Punto y aparte es siempre nuestro querido Javier Sánchez-Rivas , alma mater del proyecto, y en este caso dando vida Papa Girard , seguramente el mejor papel que le hemos visto hasta ahora, y será porque salvando las distancias que nos apresuramos a señalar, participa de su carácter: alguien que apoya proyectos, que quiere participar en todo, con un ardor, una entrega y un arresto que no se cree. ¿Y la distancia? Pues que a diferencia de Girard, él termina todo lo que empieza, y aquí está esta zarzuela por fin puesta de pie. Todo lo que atañe a la producción ya sabemos que es sorprendente también, sin apenas dinero. De esta escenografía nos quedaríamos con la recreación de la Torre Eiffel de noche, aunque el último decorado nos resultase también muy atrayente.