Narciso Michavila recomienda a los cadetes de Zaragoza estudiar más Historia

La “amarga victoria” de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales del 23 de julio de 2023 dejó al Partido Popular lejos de recuperar el Gobierno. Ni un pacto con Vox y el apoyo de pequeños partidos regionalistas le alcanzó para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

El resultado supuso un varapalo muy duro para Feijóo y para la cúpula del PP, que acariciaba una victoria con una “mayoría amplia” para poder gobernar incluso sin demasiadas ataduras con Santiago Abascal.

Muy señalado por esas expectativas no cumplidas se vio Narciso Michavila, ya que la consultora demoscópica que preside, GAD3, había ido suministrando encuestas al Partido Popular en las semanas previas al 23-J.

Tras unos meses de perfil bajo, GAD3 ha vuelto a realizar encuestas de intención de voto, ahora para las elecciones europeas de junio, pero también con preguntas sobre unas hipotéticas elecciones generales.

Michavila, que siempre se ha prodigado en los medios de comunicación, impartió hace unos días una charla, no en un desayuno informativo, ni en un acto dirigido a políticos, periodistas o expertos en demoscopia. Habló ante los futuros oficiales del Ejército de Tierra.

La Academia General Militar, de Zaragoza, donde actualmente estudia la princesa de Asturias, le invitó para que impartiera una conferencia en el marco de la Cátedra Miguel de Cervantes, por la que pasan personalidades de numerosos ámbitos no estrictamente militares.

Narciso Michavila habló sobre “Análisis de datos: su importancia en la toma de decisiones”. En un salón de actos lleno de cadetes, argumentó que la sociedad evoluciona gracias al análisis y a una buena obtención de datos, pero dejó claro que el dato sin una explicación humana no sirve.

También recomendó a los futuros oficiales que no caigan en el error de estar encerrados todo el día analizando datos teóricos, sino valorar la importancia de estar en contacto y conocer la realidad para recabar información.

Por ejemplo, afirmó que tiene más valor al papel de un suboficial mayor analizando datos obtenidos a través de su contacto directo con sus suboficiales y su tropa en el cuartel, que el análisis de todo un Estado Mayor derivado de datos teóricos alejados de la realidad y del día a día.

Michavila destacó la importancia de obtener una formación sólida en historia, sociología o psicología como parte muy importante de los conocimientos necesarios para ser un buen oficial y jefe de una unidad militar. A su juicio, la importancia es aún mayor ahora, porque las próximas generaciones de oficiales deberán tomar decisiones haciendo uso de la inteligencia artificial y sus algoritmos, tecnologías que mal utilizadas pueden llevar a muchos errores.

Les aconsejó que se interesen y conozcan la Historia y realidad que les rodea si quieren tener éxito en su vida personal, familiar y profesional.

Hay que señalar que el Ejército de Tierra va a implantar un nuevo modelo de enseñanza de formación en la Academia General Militar, y el nuevo Grado en Estudios para la Defensa y Seguridad tendrá más contenidos de Historia, Derecho, Psicología... que el actual plan de estudios del Grado en Ingeniería de Organización Industrial.

La invitación a Narciso Michavila no sólo se explica por presidir una de las principales empresas demoscópicas de España. Resulta que es militar de carrera, comandante de Artillería en excedencia. Por ello, estudió en la academia de Zaragoza, en la misma promoción que el rey Felipe.

Michavila tuvo palabras de recuerdo y nostalgia de su etapa en ‘la General’: “Ha sido como si de repente me quitara 40 años de encima; todo sigue igual, la escalera del cañón, el decálogo del cadete..., muchas veces, en momentos difíciles de mi trayectoria, he vuelto a acordarme de mi madre profesional, que fue y sigue siendo esta casa”.

Admitió que en la academia “no aprendí mucha sociología, aunque es verdad que había una asignatura que la trataba. No recibí clases de organización empresarial o sobre cómo invertir, pero sí las principales aptitudes que hacen falta para montar una empresa, como son el espíritu de equipo, la ejemplaridad o la capacidad y criterio para valorar, seleccionar y dirigir personas”.